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VIENE y COMPLEMENTO DE:
ÁLVARO MUTIS ,
http://ntc-narrativa.blogspot.com/2013_08_25_archive.html
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Álvaro Mutis, las tierras bajas (Bogotá, 1923)
Por Juan Manuel Roca
Juan Manuel Roca y Álvaro Mutis. Madrid, 2008
Fotografía de Luis Felipe Orozco.
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De su libro "Galería de espejos", 2012, Páginas 154 a 160
Álvaro Mutis, las tierras bajas
(Bogotá, 1923)
(Bogotá, 1923)
A la par que los paisajes
del trópico y de un
lenguaje que
lo ce-
lebra aun en su aspecto más febril y destructivo, la poesía de Álvaro
Mutis tiene su veta más atrayente en el hombre que habita en ese
clima de derrota: hospitales, hoteles desvencijados, guerreros des-
tinados a la derrota y la muerte, toda una historia clínica del mun-
do. De un mundo por el que atraviesa la figura mítica y por momen-
tos excesivamente literaria de Maqroll, el Gaviero, que husmea en
las heridas del mar y las ciudades, en salas de espera, en cuarteles
y estadios, donde el hombre se mira a sí mismo como si estuviera
despidiéndose de todo, como si él mismo fuera una despedida.
« (...)
olvido así quién soy, de dónde vengo,
hasta cuando una noche
lebra aun en su aspecto más febril y destructivo, la poesía de Álvaro
Mutis tiene su veta más atrayente en el hombre que habita en ese
clima de derrota: hospitales, hoteles desvencijados, guerreros des-
tinados a la derrota y la muerte, toda una historia clínica del mun-
do. De un mundo por el que atraviesa la figura mítica y por momen-
tos excesivamente literaria de Maqroll, el Gaviero, que husmea en
las heridas del mar y las ciudades, en salas de espera, en cuarteles
y estadios, donde el hombre se mira a sí mismo como si estuviera
despidiéndose de todo, como si él mismo fuera una despedida.
Cuando Mutis
adopta la máscara de Maqroll, cuando se la pone
sobre su rostro para despersonalizar su yo poético, ya sabemos que
vendrán el miedo y el horror a visitamos. Pero también que en esas
dos estancias limítrofes, que son como precipicios para el hombre
-miedo a lo desconocido y horror de sí mismo-, encontraremos
una lección de lo que es capaz todo auténtico lenguaje: de hacer-
nos partícipes del milagro y el tedio de vivir a un mismo tiempo,
sobre su rostro para despersonalizar su yo poético, ya sabemos que
vendrán el miedo y el horror a visitamos. Pero también que en esas
dos estancias limítrofes, que son como precipicios para el hombre
-miedo a lo desconocido y horror de sí mismo-, encontraremos
una lección de lo que es capaz todo auténtico lenguaje: de hacer-
nos partícipes del milagro y el tedio de vivir a un mismo tiempo,
.
de
ver cómo la
poesía está
atravesada por
la imaginación, la
ficción
y la fantasía. Mutis en estas tres materias es uno de los poetas más
dotados de nuestro país.
y la fantasía. Mutis en estas tres materias es uno de los poetas más
dotados de nuestro país.
Por la imaginación llega
a ese amplio surtidor
de imágenes que
encabalga en sus poemas. Por su litigio con la realidad, logra crear
unas ficciones que fundan una nueva realidad. Por la fantasía pasa
de un mundo miserable, agónico y brutal, a la belleza de los trenes
devorados por las yerbas y a un amplio catálogo de tesoros encon-
trados en lugares imposibles. Mutis vive atento a encontrar, aun en
los hospitales y en los paisajes visitados por la peste o la malaria, un
milagro. Y es que el milagro suyo está en cómo puede ver belleza
en lo terrible, algo que, como decía Rilke, también está en la natura-
leza de los ángeles.
encabalga en sus poemas. Por su litigio con la realidad, logra crear
unas ficciones que fundan una nueva realidad. Por la fantasía pasa
de un mundo miserable, agónico y brutal, a la belleza de los trenes
devorados por las yerbas y a un amplio catálogo de tesoros encon-
trados en lugares imposibles. Mutis vive atento a encontrar, aun en
los hospitales y en los paisajes visitados por la peste o la malaria, un
milagro. Y es que el milagro suyo está en cómo puede ver belleza
en lo terrible, algo que, como decía Rilke, también está en la natura-
leza de los ángeles.
.
Mutis nos muestra
la llaga,
la pústula, la
miseria humana, to-
do aquello que en su poema «Pregón de los hospitales» llama con
dureza «el noviciado de la muerte». Si el mundo agónico que nos
presenta Mutis no estuviera severamente castigado por un lengua-
je punzante como un bisturí, cubierto de un fasto verbal que a ve-
ces desemboca en letanías pero, sobre todo de un virtuoso cuidado
musical, posiblemente terminaría por asfixiamos en un banquete de
catástrofes.
do aquello que en su poema «Pregón de los hospitales» llama con
dureza «el noviciado de la muerte». Si el mundo agónico que nos
presenta Mutis no estuviera severamente castigado por un lengua-
je punzante como un bisturí, cubierto de un fasto verbal que a ve-
ces desemboca en letanías pero, sobre todo de un virtuoso cuidado
musical, posiblemente terminaría por asfixiamos en un banquete de
catástrofes.
Lo que
Fernando Charry Lara llama
«los
prejuicios
de la
tradi-
ción», esto es el recetario, las buenas maneras lingüísticas, los temas
consabidos y «lo comúnmente calificado como poético», no entra
en la poesía de Álvaro Mutis. Como Baudelaire o como Lautréamont,
el poeta de «Los elementos del desastre» reúne, a veces en prosa y
otras en verso, un concilio de hechos que hermanan la rosa y la
herida, el cafetal y «los rincones donde los mendigos/ inventan
una temblorosa cadena de placer», un concilio de luces y sombras del
que proviene su permanente misterio.
ción», esto es el recetario, las buenas maneras lingüísticas, los temas
consabidos y «lo comúnmente calificado como poético», no entra
en la poesía de Álvaro Mutis. Como Baudelaire o como Lautréamont,
el poeta de «Los elementos del desastre» reúne, a veces en prosa y
otras en verso, un concilio de hechos que hermanan la rosa y la
herida, el cafetal y «los rincones donde los mendigos/ inventan
una temblorosa cadena de placer», un concilio de luces y sombras del
que proviene su permanente misterio.
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Página 156
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En su visión del trópico, que por supuesto está emparentada en
el lenguaje con el de Saint-John Perse (21), hay también un entronque
con la temática de buena parte de la poesía de su coetáneo Héctor
Rojas Herazo, en la que se nos revela, de igual manera y con distin-
tos procedimientos, que todo lo que toca el trópico se vuelve ruina,
desastre, tierra de nadie, mundo a punto de ser devorado. Afirma el
mismo Rojas Herazo: «Los elementos del desastre, parece decimos
Mutis en estos cuadros sonoros, son nuestros elementos. Estamos
hechos de destrucción y de duda». (22)
el lenguaje con el de Saint-John Perse (21), hay también un entronque
con la temática de buena parte de la poesía de su coetáneo Héctor
Rojas Herazo, en la que se nos revela, de igual manera y con distin-
tos procedimientos, que todo lo que toca el trópico se vuelve ruina,
desastre, tierra de nadie, mundo a punto de ser devorado. Afirma el
mismo Rojas Herazo: «Los elementos del desastre, parece decimos
Mutis en estos cuadros sonoros, son nuestros elementos. Estamos
hechos de destrucción y de duda». (22)
A su vez, el poeta y crítico Guillermo Martínez González afirma
que «los personajes de Mutis son la antítesis del paradigma heroi-
co, son ordinarios Ulises que han sucumbido en el destierro, mar-
chitos empleados de sórdidas pensiones (. .. ), guerreros carcomidos
por el trópico y alucinados por recientes derrotas». (23)
que «los personajes de Mutis son la antítesis del paradigma heroi-
co, son ordinarios Ulises que han sucumbido en el destierro, mar-
chitos empleados de sórdidas pensiones (. .. ), guerreros carcomidos
por el trópico y alucinados por recientes derrotas». (23)
He vuelto a leer con atención la poesía de Mutis. Durante un tiem-
po, tiempo de juvenil radicalismo, me molestó una estancia de su
poesía, aquella que al unísono con esta herida que es su visión del
mundo, sacralizaba a los reyes, festejaba una dinastía de monarcas
y que se proclamara monarquista. Ahora creo, a lo mejor, que eso
fue un mal chiste suyo hecho a espaldas de Maqroll el Gaviero, un
aventurero y marino que parece siempre un rey destronado por las
po, tiempo de juvenil radicalismo, me molestó una estancia de su
poesía, aquella que al unísono con esta herida que es su visión del
mundo, sacralizaba a los reyes, festejaba una dinastía de monarcas
y que se proclamara monarquista. Ahora creo, a lo mejor, que eso
fue un mal chiste suyo hecho a espaldas de Maqroll el Gaviero, un
aventurero y marino que parece siempre un rey destronado por las
fiebres, un reyezuelo de sí mismo que no respeta jerarquías, una es-
pecie de anarquista de callejones, un paria de tabernas y de muelles.
pecie de anarquista de callejones, un paria de tabernas y de muelles.
Pido disculpas por la infidencia, pero fueron precisamente las de-
claraciones, la profesión de fe de Mutis en la monarquía, lo que me
claraciones, la profesión de fe de Mutis en la monarquía, lo que me
.
llevó al intento de un
regicidio poético que se llama «Epigrama del
poder»: «Con coronas de
nieve bajo el sol/ cruzan los reyes». Quise,
sin conocerlo y con la
petulancia de poder mortificarlo, dedicarle
el epigrama. Pero preferí
no hacerla pues ya había hecho un trata-
do de paz con su poesía,
con lo dominante de ella: su preocupación
por el hombre, por el
destino de barro animado que es el hombre,
por su eterna falta de armonía, por el exilio que vive en la propia
soledad de su cuerpo.
Es curiosa la paradoja de
este «monarquista», que por momen-
tos parece tener más un
espíritu anarquista. Su poesía es desobedien-
te, insumisa, no pide
permiso a nadie para ser. Hay también algo de
anarquista en sus
declaraciones y ya sabemos que muchas veces so-
mos distintos de lo que
creemos ser. Valga de ejemplo: cuando a Ni-
kolái Gógol, el gran
novelista ruso, fueron a decirle que su esplén-
dida novela Las almas muertas era la demolición del zarismo, una
diatriba contra ese mundo
miserable engendrado por los zares de
Rusia, el primer
sorprendido y molesto fue él mismo, que se creía
zarista. Sirva la
digresión para decir que cuando Mutis dice que «nun-
ca he participado en
política, no he votado jamás y el último hecho
político que me preocupa
de veras es la caída de Bizancio en manos
de los infieles en l453»,
con todo lo de exageración y mofa que pue-
da tener su declaración,
con todo lo que de humorada y evasión en-
cierra, tiene sin duda un
sesgo anarquista.
Ruego al dios de Maqroll,
que a veces le quitaba «a los ciegos su
bastón», que me perdone
por no creerle del todo su pregonado amor
por la monarquía, y que
si esto fuera cierto, sus poemas sobre ese
tema resultan tan
políticos como los de algunos poetas de su otra
orilla ideológica, de
Nazim Hikmet a César Vallejo, de René Char
a Juan Gelman, de Miguel
Hernández a Yannis Ritsos. De manera
que si algunos críticos
condenan a los poetas libertarios por mez-
clar ideología y poesía,
también podrían empezar a hacerla con los
autores de la estirpe de
Mutis. Amén.
.
Otra cosa muy diferente
es su más decantada poesía, la que
oscilando entre la
descripción narrativa y el lirismo da cuenta de
nuestro paisaje. Quizá
él, en la compañía indudable de Aurelio Ar-
turo, sea quien mejor ha
atrapado nuestra naturaleza.
Hay un poema suyo en Los
trabajos perdidos titulado «Nocturno»,
que recomiendo a todo
viajero o a todo exiliado colombiano. Abrir
un libro suyo en estos
versos es recibir una rebanada de paisaje, un
olor a humedad y a tierra
caliente, como si él mismo fuera una es-
pecie de talismán, de
documento lírico que desde su raigambre y
autenticidad logra
hacernos entender que pertenecemos a un lugar,
a un paisaje no solo
físico sino espiritual. Es un poema sensorial,
que entremezcla el olor y
el oído con una visión conmovedora de la
zona cafetera:
Esta noche ha vuelto la
lluvia sobre los cafetales.
Sobre las hojas de
plátano,
sobre las altas ramas de
los cámbulos,
ha vuelto a llover esta
noche un agua persistente y vastísima
que crece las acequias y
comienza a hendir los ríos
que gimen con su nocturna
carga de lodos vegetales.
La lluvia sobre el zinc
de los tejados
canta su presencia y me
aleja del sueño
hasta dejarme en un crecer
de las aguas sin sosiego,
en la noche fresquísima
que chorrea
por entre la bóveda de
los cafetos
y escurre por el enfermo
tronco de los balsos gigantes.
Ahora, de repente, en
mitad de la noche
ha regresado la lluvia
sobre los cafetales
y entre el vocerío
vegetal de las aguas
me llega la intacta
materia de otros días
salvada del ajeno trabajo
de los años.
.
ÁLVARO MUTIS EN SUS
PROPIAS PALABRAS:
« (...)
olvido así quién soy, de dónde vengo,
hasta cuando una noche
comienza el
golpeteo de la lluvia
y corre el agua por
y corre el agua por
las calles en silencio
y un olor húmedo y cierto
me regresa a
y un olor húmedo y cierto
me regresa a
las grandes noches del
Tolima».
Fragmento de su poema "Exilio"
El Poema leído por Álvaro Mutis:
http://www.goear.com/listen/f8a2dc0/exilio-poema-alvaro-mutis
del Cd HJCK 1999, http://ntcpoesia.blogspot.com/2013_10_01_archive.html
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Fragmento de su poema "Exilio"
El Poema leído por Álvaro Mutis:
http://www.goear.com/listen/f8a2dc0/exilio-poema-alvaro-mutis
del Cd HJCK 1999, http://ntcpoesia.blogspot.com/2013_10_01_archive.html
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(21) Poeta y diplomático nacido en las Antillas (1887-1975). Obtuvo el Premio
Nobel en 1960. Este poeta calificó como excelentes las traducciones de sus poemas hechas por Jorge Zalamea. http://es.wikipedia.org/wiki/Saint-John_Perse
Nobel en 1960. Este poeta calificó como excelentes las traducciones de sus poemas hechas por Jorge Zalamea.
(22) «Los elementos del desastre", El Tiempo, Bogotá, 1954.
(23) En Tras las huellas de Maqroll el Gaviero, edición a cargo de Santiago Mutis, tomo II, Colcultura, Bogotá, 1993.
http://ntc-narrativa.blogspot.com/2013_08_25_archive.html
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Versión en imágenes del texto, en:
http://es.calameo.com/read/ 0009483281035ddbcc43b
y en
https://docs.google.com/file/ d/0B- ABjQmYGMXbNGlLUU9laWd1Qmc/edit
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Versión en imágenes del texto, en:
http://es.calameo.com/read/
y en
https://docs.google.com/file/
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Texto y documento
incluído en
25 de agosto de
2013
ÁLVARO
MUTIS, 90 años. Agosto 25, 1923 - 2013. / Homenaje en Cali, 1988. Libro / NTC
... Memoria y Reconocimientos
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Sobre el libro y sobre su autor:
8 de mayo de
2012
Una
mirada al siglo XX, según Roca. VICTOR LOPEZ RACHE. Galería de Espejos (una
mirada a la poesía del siglo XX)
.
Publica y difunde: NTC … * , Nos Topamos Con …
http://ntcblog.blogspot.com * ,
ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia.
* Se actualiza periódicamente. Septiembre 25, 2013
http://ntc-libros-de-poesia.blogspot.com/2012_05_08_archive.html
-
-
Este texto aspira a pasar
revista sobre algunos poetas y poemas
emblemáticos de nuestra
poesía. Es una suerte de balance
personal del autor que
está entre el ensayo, la historia y la
crítica y que busca
llevar la poesía a nuevos lectores y dialogar
con los ya habituales.
Más que un libro de historia es un libro
de historias.
Aunque se centra en los
poetas nacidos en el siglo XX, traza
unos retratos de grupo de
los diferentes momentos de la poesía
colombiana. Hace énfasis
en generaciones surgidas en el siglo
pasado como Los Nuevos,
Piedra y cielo, Mito, el Nadaísmo,
y pone como tope a los
poetas nacidos en la década de los
cincuenta, de quienes el
autor considera que ya se puede emitir
un juicio crítico y una
consideración de tipo histórico.
Como un aporte relevante,
el libro incluye un ensayo con
trazos dramáticos sobre
la relación entre poesía y violencia.
«No puede negarse que en
la poesía colombiana se refleja el
campo minado de nuestra
violenta realidad», dice Roca.
«Mi deseo es que este
libro pueda ser leído por amantes del tema
y, sobre todo, por
profesores y estudiantes críticos y exigentes».
Galería de espejos nos
recuerda que ni la poesía ni la historia
tienen por qué ser
aburridas.