miércoles, 24 de septiembre de 2008

PABLO NERUDA.23 de Septiembre,1973, falleció.

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Cali, Colombia.
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PABLO NERUDA,
el 23 de septiembre de 1973 falleció.
Eternamente desesperado
Neruda, nació como Neftalí Ricardo Reyes Basoalto, el 12 de julio de 1904
Por: Fernando Araúijo Vélez
El Espectador, Bogotá, Cultura 23 Sep 2008
http://www.elespectador.com/impreso/cultura/cultura/articuloimpreso-eternamente-desesperado?page=0,0
Reprodujo y difunde: NTC … Nos Topamos Con … http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com . Sencillo homenaje al Poeta (1)
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Foto: http://s3.amazonaws.com/elespectador/files/images/3f72b7686bb619aad902afe68545679d.jpg El poeta en una de sus más típicas poses. Su verdadero nombre era Neftalí Ricardo Reyes.
Su voz, Poema 20: http://www.youtube.com/watch?v=jF79a4K9wGg (Video. Adición de NTC ...)
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Obtuvo el Premio Nobel de literatura en 1971. Julio Cortázar dijo entonces que el galardón había sido un coletazo del Establecimiento. El mundo de las letras hispanas le rinde cientos de homenajes al poeta chileno Pablo Neruda.
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Sus últimos versos fueron sus últimas protestas, pero sus últimas protestas no las pudo leer, gritar en las calles y las plazas, no las pudo escuchar en las voces de los campesinos u obreros que tanto defendió, ni en cantores de pueblo como Víctor Jara, a quien terminaron asesinando en el estadio Nacional de Santiago un año más tarde por el inmenso pecado de llevar, entre otros, un libro de Neruda en el bolsillo. Se le quedaron atragantadas, refundidas entre las sábanas de su viaja cama en Isla Negra, adheridas a los podridos huesos de su cuerpo, que se negaba a morir muy a pesar de que los dictámenes de los doctores no le auguraban más de un año de vida.
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Por aquellos primeros días de febrero de 1973 Pablo Neruda ya no podía encaramarse sobre una tarima para leerle a su pueblo una Incitación al nixonicidio y alabanza de la revolución chilena, como lo había hecho cientos y miles de veces con otros poemas desde que tuvo conciencia, por ejemplo, de que las minas de cobre de su Chile eran trabajadas, sufridas, paridas por los obreros en medio de la miseria para enriquecer a “los de siempre”. Neruda fue y se confesó comunista desde siempre.
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Aquella alabanza a la revolución la había escrito pocas horas después de haber visto por televisión y oído en la radio y de los amigos que la Unidad Popular había confirmado por elección popular su gran triunfo de tres años atrás, cuando Salvador Allende llegó a la Presidencia. Estaba feliz, pletórico, y así, entre tanta felicidad y éxtasis recibió la última visita que le hizo Julio Cortázar. “Hablamos de Francia, de su último cumpleaños en la casa de Normandía adonde los amigos habíamos llegado de todas partes para que Pablo sintiera un poco menos la geométrica soledad del diplomático famoso, y donde con gorros de papel, largos tragos y música lo despedimos (él lo sabía, y nosotros sabíamos que él lo sabía). Hablamos de Allende, que había venido a visitarlo en esos días sin previo aviso, sembrando la estupefacción con un helicóptero inconcebible en la Isla Negra, y por la noche, aunque insistíamos en irnos, en que descansara, Pablo nos obligó a mirar con él un horrendo folletín de vampiros en la televisión, fascinado y divertido al mismo tiempo, abandonándose a un presente de fantasmas más reales para él que un futuro que sabía cerrado”.
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Dos años antes se habían encontrado en París. Cortázar le había contado que sus libros habían hecho que se cayeran y rompieran muchas máscaras, incluidas las de sus apologetistas. Incluso, había deslizado que si le otorgaban el Nobel, ese premio sería un postrero coletazo del establecimiento hacia Neruda. Cuando se despidieron, el poeta extendió su mano, su brazo, y en un abrazo largo, intenso, le dijo: “Será hasta pronto”. En Isla Negra, en cambio, escribió Cortázar luego, a finales del 73 en Ginebra, “nos miró (a Ugné Karvelis, su segunda esposa) un momento, sus manos en las nuestras, y dijo: ‘Mejor no despedirse, ¿verdad?’, los fatigados ojos ya distantes. Era así, no había que despedirse; esto que he escrito es mi presencia junto a él y junto a Chile. Sé que un día volveremos a Isla Negra, que su pueblo entrará por esa puerta y encontrará en cada piedra, en cada hoja de árbol, en cada grito de pájaro marino, la poesía siempre viva de ese hombre que tanto lo amó”.
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Para Cortázar, Neruda fue desde su primer libro, Veinte poemas de amor y una canción desesperada, (A) un despertar a lo americano, un volver hacia las mujeres de la tierra, hacia sus amores, sus palabras y silencios. Bofetón, cuchillada y flor, todo al mismo tiempo. Después las Residencias y, sobre todo sus gritos y susurros de dolor por la guerra civil en España en el corazón, terminaron por seducirlo, o mejor, convencerlo. “Neruda ha dado el paso final que lo desplaza del escenario a los actores, de la tierra a los hombres; su definición política, que tanto malentendido innoble haría surgir (y pudrir) en América Latina, tiene la necesidad y la llaneza del cumplimiento amoroso, de la posesión en la entrega última; y es fácil advertir que el signo ha cambiado, que a la lenta, apasionada enumeración de los frutos terrestres por boca de un hombre solitario y melancólico, sucede ahora la insistente llamada a recobrar esos frutos jamás gozados o injustamente perdidos, la proposición de una poesía de combate lentamente forjada desde la palabra y desde la acción”, decía Cortázar.
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El 23 de septiembre de 1973 Neruda falleció en su casa de la Chascona del barrio Bellavista, por lo menos en los registros oficiales que para aquel entonces ya estaban a cargo de la dictadura de Augusto Pinochet. Doce días antes, su amigo Salvador Allende se había pegado un tiro con una escopeta que le había regalado Fidel Castro, para no tener que entregarle el poder a los “de siempre”. Neruda supo de aquellos sucesos como entre brumas, y entre brumas se enteró de que los milicos habían allanado su casa y que en su afán de buscar quién sabe qué, habían roto los tubos del acueducto y las partes bajas de la casa se habían inundado.
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Allí lo velaron, ante la ausencia de muchos de sus amigos con los que solía tomar vino, la presencia del Partido y la vigilancia estricta de unos hombres “extraños” vestidos de negro, frente a una fotografía de Walt Whitmann y una pintura dedicada de Roberto Matta. Allí y en Temuco y en el norte lo lloraron los poetas y los chilenos, porque como diría muchos años más tarde su contertulio Alfredo Montealagre, “más allá del mito del ser humano que se había creado y que después creció, uno al leerlo tenía que admitir su grandeza”. Neruda había llegado de Temuco, del Sur, callado y aislado, y llevaba en sus entrañas “una incontinencia verbal arrolladora, tan profunda, que parecía robada de su gente”, diría en uno de sus tantos homenajes el crítico Cristian Warnken, amante, sobre todo, de Vicente Huidobro, quien con Neruda y la incomprendida Gabriela Mistral fueron los pilares más importantes de la poesía chilena antes del golpe. Luego estallaron con sus múltiples facetas Nicanor Parra y Gonzalo Rojas, pero esa fue otra historia.
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(1) NoTiCas de NTC … . Enlaces
*** Pablo Neruda , www.neruda.uchile.cl/

*** FUNDACIÓN PABLO NERUDA::SITIO OFICIAL , http://www.fundacionneruda.org/
*** Pablo Neruda - Wikipedia, la enciclopedia libre ,
http://es.wikipedia.org/wiki/Pablo_Neruda
*** Entrevista a Pablo Neruda (1971) http://www.youtube.com/watch?v=56Q8TOQDoRI Video

*** Pablo Neruda Documentary (Part 1 of 6) (en Inglés) http://www.youtube.com/watch?v=eCLlRgpIK_w Videos. The life and work of Chilean Poet and Nobel Prize winner Pablo Neruda is examined in this powerful and inspiring documentary film. His first two books 'Crepusculario' and '20 Love Poems and a Song of Despair' are briefly analyzed and brough to life.
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María Isabel Casas en la tumba de Matilde y Pablo en Isla Negra
2002. Fotografía: NTC … / gra
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Panorámica en Isla Negra. Al fondo parte de la Casa, las campanas y el bote.
Fotografía 2002: María Isabel Casas de NTC …
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Comentarios de CARLOS VIDALES al texto publicado en El Espectador
Asunto: “Eternamente desesperado”
Por: Fernando Araúijo Vélez”. El Espectador, Septiembre 23, 2008
De: Carlos Vidales ( carlos@bredband.net )
http://www.blogger.com/profile/03952088316212273111 desde Estocolmo.
Enviado: miércoles, 24 de septiembre de 2008, 07:41:01 a.m.
Para: NTC ( ntcgra@gmail.com ) http://ntcblog.blogspot.com/
Bonito artículo. Me molesta tener que actuar como aguafiestas, pero hay que hacer algunas correcciones.
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Neruda no fue comunista "desde siempre". Era hijo de un ferroviario (conductor de locomotoras) y desde siempre tuvo ideas de izquierda, pero su contacto cercano con el Partido Comunista se produjo en España, durante la guerra civil de 1936-39. Sin embargo, su afiliación formal al partido data de la década de los años 40, después de salir de España y de haber vivido y sufrido su exilio en México.
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Otra corrección que debe hacerse (tal vez de menor cuantía, pero de importancia capital para un colombiano) es que Salvador Allende no se suicidó "con una escopeta", sino con una metralleta Kalashnikov. Lo menos que podemos pedirle a un periodista colombiano, después de tantas guerras civiles perdidas, es que tenga conocimientos básicos de armamento.
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Yo trabajé con Salvador Allende, en el Palacio de La Moneda, durante los tres años de gobierno de la Unidad Popular. Mi padre, el poeta Luis Vidales*, era amigo de Neruda y yo llevaba y traía con frecuencia mensajes de amistad y camaradería comunista entre mi padre y el poeta, de nuestra casa en Providencia a la casa de Neruda ("La Chascona") en el barrio Bellavista. La distancia era de unos quinientos metros. Lo hice, siendo adolescente, en épocas en que el Partido Comunista de Chile era clandestino y podíamos todos caer a la cárcel si alguno de mis mensajes (citaciones a reuniones partidarias) caía en manos de los "pacos" (carabineros).
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En síntesis: mis recuerdos de Neruda están asociados a la pasión por la poesía social, que él despertó en mí, y a las grandes cantidades de adrenalina que produje por aquellos años y que contribuyeron a mi temprana formación de conspirador revolucionario.
Saludos. Carlos Vidales