martes, 12 de enero de 2010

GOLPE DE DADOS. Enero- Junio 2009. Mario Rivero, In Memoriam.

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GOLPE DE DADOS
Mario Rivero, In Memoriam
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Número CCXVII al CCXIX. Volumen XXXVII
Bogotá, Enero- Junio 2009
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Agradecemos al poeta Hernán Vargascarreño, poetasalexilio@gmail.com, la información y los documentos
. Carátula de la revista.
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MARIO RIVERO

Envigado, 1935 – Bogotá, 13 de abril de 2009
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Cuadro del Maestro Darío Ortiz
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"El poeta habla de sí mismo" (1965)
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“Manifiesto poético” de Mario Rivero
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Revista “Golpe de dados”, 37 años. Enero- Junio 2009. Número extraordinario. 64 páginas. Mario Rivero, In Memoriam. (Envigado, 1935 – Bogotá, 13 de abril de 2009)
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Hablar de uno mismo resulta peligroso. Difícilmente logramos la perspectiva y la madurez necesarias para apreciar nuestra labor sin que los sentimientos interfieran una contemplación serena.

Mi participación en el quehacer poético tiene el carácter de irregular. Se deduce de la forma, de mi poesía amétrica y prosaica y de su tono contenido y directo, que acusa una voluntad poética nueva. Un gusto de hablar del mundo y de las cosas del mundo con las palabras más comunes. Con un lenguaje concreto. Con una violencia extrema, puesto que rechaza una tradición fuertemente adherida a los planos retóricos.


<-- Página 2 de la revista. (Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)

Es expresa mi voluntad de presentar al hombre en su circunstancia natural, con sus sentimientos, obras y gestos más cotidianos. No es fácil su éxito, puesto que rompe una costumbre métrica y técnica, y adhiere a una nueva concepción literaria en la cual el poeta no inventa, sino que asume su propia esencia y peculiaridad, transfiriendo estos secretos suyos de lo anónimo a lo personal y de lo singular a lo general, en términos no propiamente de belleza sino de autenticidad, lo que solo puede lograrse alejándose de los medios formales y técnicos.

Esta poesía no pretende que se la tenga en cuenta como acto estético. No aspiraría a ningún premio en unos juegos florales, ni conocería el éxito en una fiesta de salón. Son versos antideclamatorios. Duros. Sin ritmo. Que afrentan la poesía convencional. Ni filosóficos ni metafísicos. No especulan con las palabras en puras formas de arte, lujo de la actividad subjetiva, sino que preocupándose por utilizar menos imágenes, aspiran a prescindir de lo puramente decorativo, sin arrebatar a la vida su realidad, sino prestándole fuerza y añadiéndole una nueva significación.

El poeta es un hombre que interesa por su contenido además de por su voz. Pero el contenido está condicionado por el curso de la vida y la voz del hombre que habla debe parecerse a la voz del hombre que lo escucha para lograr la comunicación. Si humanamente lo más oneroso es la relación con nuestros semejantes. Si rara vez da uno a otro realmente algo. Si rara vez transcurre algo de un ser a otro ser, es en el momento poético cuando mejor puede cumplirse esta aproximación esencial.
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(--> A la derecha la carátula del No. 1 de la revista, Enero-Febrero 1973. Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí. )

El poeta sabe hoy que no debe escribir ejercicios elegiaco-amorosos. Exiliado de la Arcadia tradicional, toma posesión de un territorio poético popular, y realizando el formidable esfuerzo de superar los modos de pensar codificados, escapa a la tradición humanística cuya madurez e importancia reconoció en su hora, y asume una nueva condición literaria con validez para la generación actual que intenta leer nuevos signos en los esquemas poéticos. Generación que no aceptaría el pasado como un programa, pues le interesa únicamente en la medida en que constituye una referencia para explicarse el presente e intuir el porvenir. La poesía, es una de las más interesantes experiencias de la inteligencia. El hombre tiene indudablemente a través de ella la posibilidad de estar en relación con la totalidad del universo. El poeta, más fácilmente que ningún otro hombre, se da cuenta de que el mundo está vibrante de asuntos porque el poder de la observación se ha perfeccionado en él hasta extremos que le permiten iluminar con una visión penetrante y microscópica el proceso vital cotidiano en el que todo ser está comprometido. Pertenece a la extraña categoría de hombres que tienen conciencia de las cosas nimias. A los husmea-cosas. A los espectadores puros.

Pero ningún espectador se interesa por el espectáculo de la misma manera que otro. Cada uno lo aprecia en relación con su capacidad receptiva y con su desarrollo creador, variando por lo tanto los grados de profundidad de su sondeo y las formas de su traslación al arte.

Así, para unos el deber del artista es la verdad y sus obras son una confusión y un testimonio. Para otros, es la destrucción de los modos de pensar racionales y el triunfo de la fuerza explosiva de la intuición. Para otros, en fin, es el retorno al espíritu de lo simple, demostrando que el arte puede ser sentido, pensado y expresado al nivel del hombre corriente. Es así como el poeta contemporáneo asigna a lo cotidiano un poco del misterio del universo. Con un material tan vulgar, en un terreno tan común y en una forma expresiva aparentemente muy poco ambiciosa, consigue darnos una vibración agudísima.

Pero el lector debe entrar a ese mundo limpio de muchos prejuicios. Dispuesto a aceptarlo todo de esta poesía que cuenta lo que pasa todos los días, en todas partes, miles de veces… Nada aquí resulta “dado”, pues un halo particular aureola cada palabra con un sentido suplementario a su sentido literal. Lo ennoblece y lo trasciende.

Se trata de escribir con claridad. De preferir la palabra común a la palabra ampulosa y ornamental. Se trata ante todo de ser directo. Desdeñando la acrobacia. El derroche verbal. El ejercicio gratuito. Es como si no hubiera tiempo para ser inteligentes…

Para adentrarse con seguridad en la esencia de un fenómeno, hay que escudriñar cuidadosamente su origen. De un modo general considero que el poeta nuevo -no el mero fabricante de versos amables- es un hombre que ha aprendido su oficio de poeta ejerciendo su oficio de hombre. Su poesía, es tanto el resultado de su relación mágica con el universo, como el resultado de su experiencia, de su adhesión a lo que existe. De su contacto inteligente con la tierra y sus elementos. Así entonces, a través de su temática como de la forma que lo particulariza, estará siempre manifestando tácita o expresamente su condición de clase. Su personalidad. Su destino. No podremos, pues, interpretar y valorar la poesía de un hombre, si empezamos por hacer abstracción de todas las cosas que le interesan, lo rodean y al servicio de las cuales pone su voz. Sus costumbres, medios de vida y concepción del mundo, son los datos para iniciar la apreciación de una obra, que es la resultante de todos estos factores, y que de otro modo quedaría librada al nivel de la intuición y del azar.
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Mi poesía está condicionada por la impronta de una clase social. Como carezco del don de atrapar las ideas abstractas y no tengo visiones sino vivencias, eludo una liberación ficticia, de espaldas a la verdadera condición humana, y tomo el mundo como lo conozco: sudoroso. Maloliente. Prosaico. Expreso mi simpatía por los humildes: mecanógrafas, empleados bancarios. Gentes del montón, tercamente empeñados en esa empresa total de vivir que somos cada uno. Cuento sus destinos. Sus vidas pequeñas. Oscuras. Es un género de poesía de difícil suerte, puesto que carece de fosforescencias retóricas y de los indispensables matices de azul, con los cuales resulta fácil establecer la comunicación concertada de antemano por hábitos de la sensibilidad y de la imaginación.

Quienes censuran la expresión moderna lo hacen en nombre de un estatismo más o menos atildado que establece que la obra de arte para ser tal, debe ceñirse a los moldes antiguos, y que las ideas son sospechosas mientras no comprueben su antigüedad, desconociendo que todo el quehacer humano, el pensar y el sentir, se incorporan a la dinámica de la época, y que el arte como la ciencia, empieza a vivir no de las palabras que fueron, sino de la última que se dice, con lo que el “tempo” del lenguaje se acelera.
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Esta nueva posición de la palabra, su simplificación y objetividad, su liberación del contenido lírico, su subordinación en relación con el tema, hacen improcedente que se quiera seguir asignando al medio de expresión el carácter de fin único y determinante. Porque la poesía ya no es la palabra. Lo definitivo ya no es el vehículo sino el espíritu que lo consagra y lo desborda, alcanzando en esa fusión la calidad de lo maravilloso que conforma y define todo el esplendor del arte.

Toda la estética y el gusto de nuestro tiempo son intrincados y complejos. Y aunque se acepta sin remilgos que es posible expresarse eficazmente en versos libres tanto como en versos regulares y rimados, se discute todavía si la poesía para ser realista tiene derecho a ser brutal, y se espera que se aderecen los elementos “crudos” para hacerlos más fácilmente asimilables a los paladares delicados. Pero la temática propone el estilo y si no se escribe hoy como en el Siglo de Oro, es porque un lenguaje de príncipes no es adecuado para hablar de bicicletas ni de fábricas. No utilizar estos elementos sería lo más respetuoso y lo más cómodo y nos lo agradecerían los esteticistas, que pretenden embellecer la poesía traicionando la vida; pero el arte, aunque no se lo utilice como cartel, debe ceder siempre a las nuevas exigencias de lo social.

En este instante de gravidez, de tensión máxima, no es posible para el poeta ese “mecanismo” en el sentido más prodigioso de la palabra, donde todo resuena y perpetúa de generación en generación su fuerza ardiente, permanecer ajeno a los avances de una época de cambios compulsivos, en que la ciencia y la técnica nos estrellan diariamente contra puertas que se abren a mundos desconocidos. El arte, obedeciendo a leyes dialécticas que lo gobiernan, propone entonces nuevas formulaciones y encuentra la adhesión de una minoría que algunos llegan a considerar ágil, pero que la mayoría juzga desorientada, ignorando que este fenómeno que no pueden aceptar los “filisteos”, solo puede operarse en el más alto nivel de reflexión.
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Surge entonces una generación de vanguardia con lenguaje y formas de pensamiento que le son propias para tratar de imponer su presencia en un tiempo históricamente definido y se constituyen en heraldos de la disidencia y liquidadores de la estereotipia mental. Jóvenes, pueden ver el mundo con frescura infantil. Amarlo u odiarlo, pero dar testimonio de él. Irrespetuosos, desnudan el lenguaje de la pompa retórica, y subversivos, oponen el retrato del hombre contra el mito del hombre.

A esta generación sin infancias que alabar y con situaciones que superar, a esta generación sin iglesia que aspira a que la herejía de hoy se convierta en el dogma de mañana, a esta generación que al delirio dionisíaco trata de oponer una dolorosa lucidez, pertenezco. Pero ninguna de estas proposiciones se postula reclamando adhesión. Reconozco como válidas otras concepciones, teniendo en cuenta tiempo, lugar y circunstancia. No censuro a nadie por manifestarse de otra manera y aún he dado público testimonio de admiración a exponentes de otros estilos.

En el campo de la expresión no entiendo las limitaciones. Creo que no hay un lenguaje específicamente poético, ni hay temas específicamente más valiosos que otros. Estoy decididamente por todas las palabras y por todos los temas. Considero que no hay elementos poéticos ni antipoéticos. Me agrada escribir con sinceridad. Contaminar la poesía con lo más impuro: comida, gatos, prostitutas, gamines y mendigos.

Soy como todo el mundo. Exactamente como cualquier hijo de vecino. Me gustan los helados, las muchachas y pararme frente a las carteleras de los cinematógrafos. Aunque la poesía es para mí una urgencia vital, debo pasar fuera de ella 23 horas cada día. Todo lo que existe ha influido en mi poesía porque amo apasionadamente la vida en su sentido existencial, no desdeñando ninguna peripecia que pueda brindarme el ensanchamiento de mi universo interior. Sigo la línea de los escritores norteamericanos porque además, sin cuidarme de la llamada dignidad literaria, escribo mis versos entre dos oficios. Extiendo mi mirada hacia todos los puntos cardinales y siempre me encuentro con el hombre. Profundamente desplazado, o con la vida echándosele encima. Acosado por el cemento. Relegado a un orden en el que su historia no tiene cabida. Esperando algo más… algo que nunca sucede.

Mario Rivero (1935-2009)
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COMPLEMENTACIONES Y ENLACES de NTC ...

*** No. 14 - Baladas Mario Rivero . No 14 de la colección "Un libro por centavos" de la U Externado.
http://portal.uexternado.edu.co/irj/go/km/docs/documents/UExternado/pdf/1_decanaturaCultural/14%20baladas-MarioRivero.pdf Allí el libro completo. Primera edición: agosto de 2005 . El número 14 de esta colección ( 2 , Conozca los títulos de la colección aquí ) es una antología escogida por el poeta MARIO RIVERO, para esta colección con el título de Baladas-Pequeña Antología.

*** http://es.wikipedia.org/wiki/Mario_Rivero Mario Rivero fue un poeta colombiano, periodista y crítico de arte, cantor de tangos en su juventud, cuyo nombre de pila era Mario Cataño Restrepo, nacido en Envigado en 1935 y fallecido en Bogotá el 13 de abril de 2009.[1]
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http://www.elespectador.com/node%252F135522

http://www.eltiempo.com/vidadehoy/gente/fallecio-mario-rivero-uno-de-los-poetas-mas-importantes-de-colombia_4961547-1
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http://www.lablaa.org/blaavirtual/literatura/hispo/hispo10b.htm
Con razón su primer libro se titulaba Poemas urbanos (1966). Al publicar su segundo, Noticiario 67, un volumen secundario dentro de su producción, Rivero insertó en mitad de él un texto, "El poeta habla de sí mismo", en el cual esboza su poética. Dice allí: "Mi participación en el quehacer poético tiene el carácter de irregular. Se deduce de la forma de mi poesía amétrica y prosaica y de su tono contenido y directo, que anuncia una voluntad poética nueva... Son versos antideclamatorios. Duros, sin ritmo. Que afrentan la poesía convencional". Y agrega: "Se trata de escribir con claridad. De preferir la palabra común a la palabra ampulosa y ornamental. Se trata ante todo de ser directo... Es como si no hubiera tiempo para ser inteligente".
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http://www.lablaa.org/blaavirtual/literatura/alpoco/alpoco0.htm

En 1966 aparecieron los Poemas urbanos de Mario Rivero, que vistos hoy pueden parecer demasiado elementales pero que ya se aferraban, con ahínco, a su temática: Pequeñas historias que buscaban, con muy pocos vocablos, recrear horizontes de barrio bajo. Eran, en verdad, 20 postales, en las cuales brillaban avisos de neón y estrellas de cine, y un saludable relente de cursilería y perfumes no demasiado finos. Allí veíamos, por vez primera, una ciudad hasta entonces desconocida: no una Santa Fe de campanarios y virreyes, o más tarde, antes de la república financiera, una gran aldea, pobre, sentimental y revoltosa, sino una metrópoli deforme, de edificios que crecen, y gamines Impacientes. Es decir: el maloliente bazar en que hoy sobrevivimos. Esta bocanada de aire fresco, con algo de smog, fue la que recuperó Rivero, en contra de la oficialización de la poesía. Rivero, el menos estridente de los nadaístas, logró socavar, él solo, toda una oquedad Verbal, sonora y decorativa. Al publicar Noticiario 67, un libro secundario dentro de su producción, Rivero insertó en mitad de él un texto, "El poeta abla de sí mismo", en el cual esboza su poética. Dice allí: "Mi participación en el quehacer poético tiene el carácter de irregular. Se deduce de la forma de mi poesía amétrica y prosaica y de su tono contenido y directo, que anuncia una voluntad poética nueva... Son versos antideclamatorios. Duros. Sin ritmo. Que afrentan la poesíac onvencional". Y agrega: "Se trata de escribir con claridad. De preferir la palabra común a la palabra ampulosa y ornamental. Se trata ante todo de ser directo... Es como si no hubiera tiempo para ser inteligentes".

"Si otros no hubiesen sido necios, nosotros lo seríamos" dice uno de los "Proverbios del Infierno", de William Blake. Pero la necedad del nadaísmo, en el caso de Rivero, fue singularmente positiva: no con manifiestos, sino apenas con poemas, obtuvo el derecho a escribir de modo descarnado, y con fuerza. Lo atestigua, ante todo, sus Baladas sobre ciertas cosas que no se deben nombrar, 1973, y especialmente su primer tango a Irma la Dulce, allí incluido.
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http://www.casadepoesiasilva.com/mariorivero.htm
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http://www.elpais.com/articulo/Necrologicas/Mario/Rivero/poeta/urbano/elpepinec/20090419elpepinec_1/Tes
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http://www.generacioninvisible.com/index.php?option=com_content&task=view&id=134&Itemid=16
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http://asuntosdomesticos.blogspot.com/2009/08/adios-golpe-de-dados.html
allí No. Anterior

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Actualizó: NTC … / gra . Enero 12 , 2010, 2:34 PM