Una publicación de NTC …
Pereira
LUNA DE LOCOS, el festival
LUNA DE LOCOS, el festival
Agosto 30 Septiembre 1 de 2007
(Clic sobre las imagenes para ampliarlas. Clic en "Atras" en la barra para volver aqui)
Boletín de Prensa (Ag. 13, 2007)
LUNA DE LOCOS, EL FESTIVAL
Estimados amigas y amigos:
LUNA DE LOCOS, EL FESTIVAL
Estimados amigas y amigos:
De manera atenta nos dirigimos a usted para invitarlo a conocer y divulgar LUNA DE LOCOS, el festival. Este evento convocado por la revista de poesía Luna de Locos cuenta con la presencia de 7 poetas procedentes de Argentina, Bolivia, Costa Rica, Venezuela y 16 nacionales (entre los que se encuentran confirmados William Ospina, Rómulo Bustos, Juan Manuel Roca, Ramón Cote, Víctor Gaviria (Colombia), Alejandro Oliveros (Venezuela), Daniel Samoilovich (Argentina), Osvaldo Sauma (Costa Rica), entre otros), proponiendo una serie de lecturas masivas que aspira a movilizar las fuerzas vivas de la ciudad en un evento que congregue 15.000 personas en torno a una reflexión simbólica que vincule la ciudad de Pereira y su expresión poética. Para esto, se ha diseñado la convocatoria de lecturas en distintos sitios de la ciudad que por su contexto social o cultural hacen parte del imaginario y por ende de la historia de Pereira, en los cuales se busca establecer una relación simbólica que nos comunique nuevamente con ellos, hacia una comprensión de la ciudad, de la historia, y de nuestra sensibilidad en un espacio abierto donde puede sentirse la fuerza de la poesía.
Un canto de vida y esperanza…
La inauguración se realizará el Jueves 30 de Agosto en el Parque de la Vida, por el sector del Aeropuerto de Pereira, con una lectura de poemas donde la comunidad del Barrio Nacederos y José Hilario López prepara como acto de apertura un canto conocido como el “Alabao”, con el fin de llevar una señal de duelo y de memoria hacia los niños encontrados sin vida a finales de los años 90´s en lo que hoy se conoce como el Parque de la Vida. Este evento intenta revindicar el nombre y los dolientes de las personas asediadas por hechos de violencia en nuestro país, sin olvidar que la poesía asoma como un hecho de encuentro entre nosotros, y con ello también nos recuerda que hacia los niños de nuestro tiempo deben avanzar propuestas serias por afianzar su importancia en nuestra sociedad, de ahí el propósito conjunto de devolver este parque abandonado como espacio público para el uso de estas comunidades.
Una lluvia de poemas…
Buscando LUNA DE LOCOS, el festival una posibilidad de trabajo conjunto entre el sector cultural y la comunidad educativa, viene realizando con los profesores y rectores de los colegios públicos y privados de Pereira, una lectura antológica con los poemas de los poetas participantes, para ello venimos estimulando la lectura de este trabajo bajo la finalidad de que los jóvenes se acerquen más al conocimiento de la poesía y con ello nos faciliten una trascripción en una página de su cuaderno con el poema que más le conmovió o identificó con su propia realidad, allanando con esto que todos los estudiantes serán el público más preparado para las lecturas y con ello, nos faciliten reunir cien mil poemas en páginas de cuaderno, con comentarios sobre los mismos. Los tres colegios que más faciliten poemas, recibirán en su institución una lectura de poesía con los invitados al Festival de Poesía. Con este material se busca organizar una lluvia de poemas desde las orillas del Viaducto César Gaviria Trujillo, sobre los asistentes a la lectura de clausura en el Parque Líneal, el cual se encuentra debajo de esta importante estructura. Este evento es un homenaje a la sensibilidad de la juventud pereirana y también un homenaje a la poesía en lengua española y será acompañado por la Banda de Músicos de Pereira, en la realización de un hecho sin precedentes en la historia de nuestra ciudad y del país
Pereira unida por la poesía
Nuestro festival LUNA DE LOCOS, el festival, esta convencido de ser una semilla hacia el empoderamiento social y cultural de nuestra ciudad, como laboratorio de las ideas y del vigor creativo que tiene nuestro país. En el desarrollo de estas actividades los poetas invitados a este encuentro, visitarán con la comunidad escenarios como la Rotonda del parque Olaya Herrera, El puente del Bloque L, El planetario, La caseta del Jardín y el Lago de las Tortugas en el Jardín Botánico de la Universidad Tecnológica, el Teatro Auditorio del Centro Cultural Lucy Tejada, tres Colegios seleccionados de Pereira y el Parque Líneal del Viaducto César Gaviria Trujillo. Este evento es de acceso libre y gratuito gracias al apoyo de la Alcaldía de Pereira, el Instituto de Cultura y Fomento al Turismo de Pereira, la Universidad Tecnológica de Pereira, la Cámara de Comercio de Pereira, la Comunidad del Barrio Nacederos y José Hilario López, los profesores y colegios públicos de Pereira, el periódico La Tarde y la Red de Universidades Públicas del Eje Cafetero Alma Mater.
Más información en el 338 7800 ext 148 Cámara de Comercio de Pereira / 335 0746 Instituto de Cultura y Fomento al Turismo de Pereira.
FALTAN 17 DÍAS PARA INICIAR ESTA FIESTA EN NUESTRA CIUDAD!
Cordial Saludo,
GIOVANNY GÓMEZ insomne@utp.edu.co
Director LUNA DE LOCOS, el festival
Premio Nacional de Poesía María Mercedes Carranza 2006
Cel. 300 775 7669
+++
Biografías Poetas Festival de Poesía en Pereira
LUIS FERNANDO AFANADOR
Ibagué, 1958. Poeta y periodista cultural. Actualmente es comentarista de libros de la revista Semana, dirige el portal de cine www.ochoymedio.info. Ha publicado Julio Ramón Ribeyro, un clásico marginal (ensayo); Extraño fue vivir (poesía) y Tolouse-Lautrec, la obsesión por la belleza (biografía). Prepara el libro Poemas sin movimiento.
RÓMULO BUSTOS
Santa Catalina de Alejandría (Bolivar). Poeta y profesor de Literatura en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de Cartagena. Premio Nacional de Poesía de Colcultura, 1993. Su obra poética se encuentra recogida en las compilaciones Palabra que golpea un color imaginario (1996) y Oración del impuro (2004).
RAMON COTE BARAIBAR
Cúcuta, Norte de Santander, 1963. Publicista, ensayista y crítico. Fue ganador del III Premio Casa de América, en 2003, con su libro Colección privada. Ha publicado: Poemas para una fosa común (1985), El confuso trazado de las fundaciones (1991), Informe del estado de los trenes en la antigua estación de Delicias (1992) y Botella Papel (1999).
LUCÍA ESTRADA
Medellín, 1980. Con su libro Las Hijas del Espino obtuvo el Premio de Poesía Ciudad de Medellín (2005). Desde el 2003, ha sido colaboradora permanente del Festival Internacional de Poesía de Medellín. Actualmente hace parte del comité editorial de la revista literaria Alhucema, en Granada-España. Ha publicado los libros de poesía Fuegos Nocturnos (1997); Noche Líquida (2000), Maiastra (2004), Las Hijas del Espino (2006) y El Ojo de Circe –Antología- (2006).
FERNANDO HERNÁNDEZ VÉLEZ
Pereira 1955. Sociólogo, traductor, y subdirector de la Revista de Literatura Puesto de Combate. Egresado de la Ciudad Universitaria de Nueva York, Brooklyn College, 1986. Mención Honoraria en el concurso de poesía Glascock, celebrado en el Mount Holyoke College, Amherst, Massachussets, 1984. Ha publicado los libros de poesía Visitaciones, y La Poesía de T.S. Eliot.
MARTHA GANTIER BALDERRAMA
La Paz, Bolivia. Estudió geología en la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz Bolivia, licenciada en Lingüística y Literatura de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, Maestría en Literatura en la Universidad Tecnológica de Pereira. Escribió cuatro libros de poesía y cuentos para niños. Publicada en diferentes revistas, periódicos y antologías nacionales e internacionales. Actualmente vive en Pereira, Colombia.
VICTOR GAVIRIA
Medellín, 1955. Es director de cine, poeta y cronista. Son reconocidos sus largometrajes Rodrigo D. No futuro, La vendedora de rosas y Sumas y restas. Fue ganador del Premio Nacional de Poesía Eduardo Cote Lamus en 1978 y del Premio Nacional Universidad de Antioquia en 1979. Ha publicado: La luna y la ducha fría (1980), Con los que viajo sueño (1980), El campo al fin de cuentas no es tan verde ( poesía y crónica 1983), El pulso del cartógrafo ( poesía y crónica, 1986), Los días del olvidadizo (1988), El peladito que no duró nada ( crónica periodística 1993) y El rey de los espantos (1993).
ALEJANDRO OLIVEROS
Venezuela, 1948. Fundador de la revista Poesía. Reside en New York (1978-1981) donde escribe actualmente un estudio sobre poesía norteamericana contemporánea, Imagen, objetividad y confesión, con el apoyo de la Fundación Guggenheim. Desde 1996 viene publicando su Diario Literario. En el libro Voces ajenas se reúnen sus traducciones del inglés, alemán, italiano y francés. Sus obras más recientes son Poemas del Cuerpo y otros (2005) y Tristes Cuidados, Diario 2002 (2006).
WILLIAM OSPINA
Padua, Tolima, 1954. Poeta, ensayista y traductor. Es miembro fundador de la revista Número. Ganó el Premio Nacional de Poesía Colcultura en 1992 con El país del viento. Algunos de sus libros de poemas son: Hilo de arena (1986), La Luna del Dragón (1992), y Con quién habla Virginia caminando hacia el agua? (1995). Dentro de sus libros de ensayo más reconocidos están: Es tarde para el hombre (1994), Esos extraños prófugos de Occidente (1994), Los dones y los méritos (1995) y Un álgebra embrujada (1995). En 2005 publicó Ursúa, su primera novela.
ROBINSON QUINTERO
Caramanta, Antioquia, 1959. Poeta y ensayista. En la actualidad lleva a cabo la preparación editorial de la revista Casa Silva, que publica la Casa de Poesía Silva. La colección literaria Simón y Lola Guberek publicó en 1994 De viaje; en 1998, la Cooperativa Editorial Magisterio Hay que cantar, y en el 2004, la Colección de Poesía Universidad Nacional de Colombia, La poesía es un viaje. En el 2007 prepara la publicación del libro Entrevista a 13 poemas colombianos.
GERARDO RIVERA
Medellín, 1944. Poeta. Premio de Poesía Jorge Isaac. Tiene publicados los libros de poemas A lo largo de las estatuas de octubre y El Viajero de los pies de oro.
ADHELY RIVERO
Arismendi, Estado Barinas en 1954. Poeta, editor y promotor cultural. Coordinador del EIPUC y director de la revista POESIA. Premio Universidad Rómulo Gallegos, Premio Único de Poesía "40 Aniversario de la Reapertura de la Universidad de Carabobo". Es autor de los Poemarios: 15 poemas, 1984; En sol de sed, 1990; Los poemas de Arismendi, 2006; Tierras de Gadín, 1999; Los poemas del viejo, 2002; Antología Poética, 2003; Medio Siglo y la Vida Entera.
JUAN FELIPE ROBLEDO
Medellín, 1968. Poeta y profesor universitario de la Universidad Javeriana. Ha preparado antologías de Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, el Romancero español y Rubén Darío. Ganó el premio internacional de poesía Jaime Sabines 1999 en México con De mañana, libro que Editorial Planeta reeditó en Colombia en 2003. Ganó el premio nacional de poesía del Ministerio de Cultura 2001 con La música de las horas.
JUAN MANUEL ROCA
Medellín, 1946. Poeta, narrador, ensayista y periodista colombiano. Por 10 años fue coordinador y director del Magazín Dominical de El Espectador. Ha sido ganador del II Premio Nacional de Poesía Eduardo Cote Lamus en 1975, el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia en 1979, el Premio Nacional del Ministerio de Cultura 2004. Durante el 2007 por reconocimiento a su obra recibe el Premio José Lezama Lima de Casa de las Americas en Cuba y el Premio de Poesía del Mundo Latino “Víctor Sandoval” en México. Su obra antológica se reúne en 2005 bajo el título Cantar de lejanía.
NELSON ROMERO
Ataco, Tolima, 1962. Actualmente codirige el taller de poesía de la biblioteca Darío Echandía del Banco de la República en Ibagué. Ha obtenido, entre otros, el Primer Premio Concurso Nacional de Poesía Fernando Mejía Mejía, Manizales (1993); y el XIV Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia (1999). Ha publicado los libros de poesía: Días sonámbulos (1988); Rumbos (1995); Surgidos de la luz (2000); y Voy a nombrar las cosas (2000).
YORLADY RUÍZ
Pereira, 1979. Poeta y artista plástica. Obtuvo el premio de poesía joven en el 2002, en el marco del XII Festival Internacional de Poesía de Medellín, ha publicado los libros de poesía Versos para tu fresca alborada, 1998; y Capítulo XXII Novela Inconclusa, 2001. Entre sus libros inéditos se encuentran: Poemas para Juno y Diarios Íntimos.
DANIEL SAMOILOVICH
Buenos Aires, 1949. Poeta, traductor y director del Diario de Poesía. Traductor de latín e inglés. En 1996, editó sus versiones de Poemas de Katherine Mansfield; en 1998, XX Odas del Libro III, traducción del poeta latino Horacio; y su versión de Henry IV en la colección “Shakespeare por escritores”. Sus libros de poemas Párpado, 1973; El Mago, 1984; La Ansiedad Perfecta,1991; Agosto, 1995, y Superficies Iluminadas, 1996; Las Encantadas ; El Carrito de Eneas; y la obra teatral en verso El despertar de Samoil.
OSVALDO SAUMA
Costa Rica, 1949. Ha publicado los libros: Las huellas del desencanto, 1983; Retrato en familia, Premio Latinoamericano EDUCA, 1985; ASABIS, 1993; Madre nuestra fértil tierra, 1997; Bitácora del iluso, 2000; en prensa se encuentra, Farewell. También ha realizado las antologías: Poesía infantil del Conservatorio Castella, 1986; Antología del Conservatorio Castella, 1990; Los signos vigilantes, antología de poesía ecológica, 1992; Tierra de nadie, antología de nueve poetas latinoamericanos, 1994; La sangre iluminada, antología de seis poetas latinoamericanos, 1998; y Martes de poesía en el Cuartel de la Boca del Monte, 1998.
RUBEN DARIO SIERRA
Marsella, Risaralda, 1952. Poeta, narrador y ensayista. Fundador y Director del Taller Literario La Fragua, de Pereira. Autor del libro: Teoría y Práctica de un Taller de Poesía, publicado por la Editorial Magisterio, Bogotá, 1999. Ha publicado poemas, cuentos y ensayos en numerosas revistas y periódicos regionales y nacionales.
EMILCE STRUCCHI
Argentina, 1956. Obtuvo el 2º Premio en género poesía, en el Concurso Leopoldo Marechal (Bs. As. Argentina, 2003); y el 1er. Premio en el Concurso Internacional de Poesía Raúl Rivero (Cuba, 2004). Fue una de las finalistas latinoamericanas del Concurso Internacional de Poesía Ciudad de Melilla (2003).Ha publicado: Pleno de ausencia (cuentos y relatos, 2001); y Los trofeos del abandono (2003); La luz es otra cosa (2004); AMANSALVA (2006): todos en género poesía.
DANIEL TEVINI
Buenos Aires, 1962. Mención en el 1º Certamen Latinoamericano de Poesía organizado por la Editorial Helguero. Luego de diez años de abandono de su labor literaria, escribió La noche más polar, su primera novela por la que fue premiado en el año 2002 por el Fondo Nacional de las Artes. En el año 2005 fue seleccionado por el programa Fondo Cultura BA para la publicación de su libro de poemas: Hotel des Bains. La noche más polar y Hotel des Bains fueron publicadas por Ediciones Deldragón.
CARLOS MARIO URIBE
Manizales 1968. Fundador La nave de papel, Revista cultural y Fundador de Cuadernos de Poesía Mándala. Fundador igualmente del Encuentro de Escritores Inéditos. Es Premio Nacional de Poesía Carlos Héctor Trejos, Riosucio 2003 Tiene publicado el libro Final del viaje (Poemas). Manizales, 1999.
LUIS FERNANDO AFANADOR
Ibagué, 1958. Poeta y periodista cultural. Actualmente es comentarista de libros de la revista Semana, dirige el portal de cine www.ochoymedio.info. Ha publicado Julio Ramón Ribeyro, un clásico marginal (ensayo); Extraño fue vivir (poesía) y Tolouse-Lautrec, la obsesión por la belleza (biografía). Prepara el libro Poemas sin movimiento.
RÓMULO BUSTOS
Santa Catalina de Alejandría (Bolivar). Poeta y profesor de Literatura en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de Cartagena. Premio Nacional de Poesía de Colcultura, 1993. Su obra poética se encuentra recogida en las compilaciones Palabra que golpea un color imaginario (1996) y Oración del impuro (2004).
RAMON COTE BARAIBAR
Cúcuta, Norte de Santander, 1963. Publicista, ensayista y crítico. Fue ganador del III Premio Casa de América, en 2003, con su libro Colección privada. Ha publicado: Poemas para una fosa común (1985), El confuso trazado de las fundaciones (1991), Informe del estado de los trenes en la antigua estación de Delicias (1992) y Botella Papel (1999).
LUCÍA ESTRADA
Medellín, 1980. Con su libro Las Hijas del Espino obtuvo el Premio de Poesía Ciudad de Medellín (2005). Desde el 2003, ha sido colaboradora permanente del Festival Internacional de Poesía de Medellín. Actualmente hace parte del comité editorial de la revista literaria Alhucema, en Granada-España. Ha publicado los libros de poesía Fuegos Nocturnos (1997); Noche Líquida (2000), Maiastra (2004), Las Hijas del Espino (2006) y El Ojo de Circe –Antología- (2006).
FERNANDO HERNÁNDEZ VÉLEZ
Pereira 1955. Sociólogo, traductor, y subdirector de la Revista de Literatura Puesto de Combate. Egresado de la Ciudad Universitaria de Nueva York, Brooklyn College, 1986. Mención Honoraria en el concurso de poesía Glascock, celebrado en el Mount Holyoke College, Amherst, Massachussets, 1984. Ha publicado los libros de poesía Visitaciones, y La Poesía de T.S. Eliot.
MARTHA GANTIER BALDERRAMA
La Paz, Bolivia. Estudió geología en la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz Bolivia, licenciada en Lingüística y Literatura de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, Maestría en Literatura en la Universidad Tecnológica de Pereira. Escribió cuatro libros de poesía y cuentos para niños. Publicada en diferentes revistas, periódicos y antologías nacionales e internacionales. Actualmente vive en Pereira, Colombia.
VICTOR GAVIRIA
Medellín, 1955. Es director de cine, poeta y cronista. Son reconocidos sus largometrajes Rodrigo D. No futuro, La vendedora de rosas y Sumas y restas. Fue ganador del Premio Nacional de Poesía Eduardo Cote Lamus en 1978 y del Premio Nacional Universidad de Antioquia en 1979. Ha publicado: La luna y la ducha fría (1980), Con los que viajo sueño (1980), El campo al fin de cuentas no es tan verde ( poesía y crónica 1983), El pulso del cartógrafo ( poesía y crónica, 1986), Los días del olvidadizo (1988), El peladito que no duró nada ( crónica periodística 1993) y El rey de los espantos (1993).
ALEJANDRO OLIVEROS
Venezuela, 1948. Fundador de la revista Poesía. Reside en New York (1978-1981) donde escribe actualmente un estudio sobre poesía norteamericana contemporánea, Imagen, objetividad y confesión, con el apoyo de la Fundación Guggenheim. Desde 1996 viene publicando su Diario Literario. En el libro Voces ajenas se reúnen sus traducciones del inglés, alemán, italiano y francés. Sus obras más recientes son Poemas del Cuerpo y otros (2005) y Tristes Cuidados, Diario 2002 (2006).
WILLIAM OSPINA
Padua, Tolima, 1954. Poeta, ensayista y traductor. Es miembro fundador de la revista Número. Ganó el Premio Nacional de Poesía Colcultura en 1992 con El país del viento. Algunos de sus libros de poemas son: Hilo de arena (1986), La Luna del Dragón (1992), y Con quién habla Virginia caminando hacia el agua? (1995). Dentro de sus libros de ensayo más reconocidos están: Es tarde para el hombre (1994), Esos extraños prófugos de Occidente (1994), Los dones y los méritos (1995) y Un álgebra embrujada (1995). En 2005 publicó Ursúa, su primera novela.
ROBINSON QUINTERO
Caramanta, Antioquia, 1959. Poeta y ensayista. En la actualidad lleva a cabo la preparación editorial de la revista Casa Silva, que publica la Casa de Poesía Silva. La colección literaria Simón y Lola Guberek publicó en 1994 De viaje; en 1998, la Cooperativa Editorial Magisterio Hay que cantar, y en el 2004, la Colección de Poesía Universidad Nacional de Colombia, La poesía es un viaje. En el 2007 prepara la publicación del libro Entrevista a 13 poemas colombianos.
GERARDO RIVERA
Medellín, 1944. Poeta. Premio de Poesía Jorge Isaac. Tiene publicados los libros de poemas A lo largo de las estatuas de octubre y El Viajero de los pies de oro.
ADHELY RIVERO
Arismendi, Estado Barinas en 1954. Poeta, editor y promotor cultural. Coordinador del EIPUC y director de la revista POESIA. Premio Universidad Rómulo Gallegos, Premio Único de Poesía "40 Aniversario de la Reapertura de la Universidad de Carabobo". Es autor de los Poemarios: 15 poemas, 1984; En sol de sed, 1990; Los poemas de Arismendi, 2006; Tierras de Gadín, 1999; Los poemas del viejo, 2002; Antología Poética, 2003; Medio Siglo y la Vida Entera.
JUAN FELIPE ROBLEDO
Medellín, 1968. Poeta y profesor universitario de la Universidad Javeriana. Ha preparado antologías de Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, el Romancero español y Rubén Darío. Ganó el premio internacional de poesía Jaime Sabines 1999 en México con De mañana, libro que Editorial Planeta reeditó en Colombia en 2003. Ganó el premio nacional de poesía del Ministerio de Cultura 2001 con La música de las horas.
JUAN MANUEL ROCA
Medellín, 1946. Poeta, narrador, ensayista y periodista colombiano. Por 10 años fue coordinador y director del Magazín Dominical de El Espectador. Ha sido ganador del II Premio Nacional de Poesía Eduardo Cote Lamus en 1975, el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia en 1979, el Premio Nacional del Ministerio de Cultura 2004. Durante el 2007 por reconocimiento a su obra recibe el Premio José Lezama Lima de Casa de las Americas en Cuba y el Premio de Poesía del Mundo Latino “Víctor Sandoval” en México. Su obra antológica se reúne en 2005 bajo el título Cantar de lejanía.
NELSON ROMERO
Ataco, Tolima, 1962. Actualmente codirige el taller de poesía de la biblioteca Darío Echandía del Banco de la República en Ibagué. Ha obtenido, entre otros, el Primer Premio Concurso Nacional de Poesía Fernando Mejía Mejía, Manizales (1993); y el XIV Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia (1999). Ha publicado los libros de poesía: Días sonámbulos (1988); Rumbos (1995); Surgidos de la luz (2000); y Voy a nombrar las cosas (2000).
YORLADY RUÍZ
Pereira, 1979. Poeta y artista plástica. Obtuvo el premio de poesía joven en el 2002, en el marco del XII Festival Internacional de Poesía de Medellín, ha publicado los libros de poesía Versos para tu fresca alborada, 1998; y Capítulo XXII Novela Inconclusa, 2001. Entre sus libros inéditos se encuentran: Poemas para Juno y Diarios Íntimos.
DANIEL SAMOILOVICH
Buenos Aires, 1949. Poeta, traductor y director del Diario de Poesía. Traductor de latín e inglés. En 1996, editó sus versiones de Poemas de Katherine Mansfield; en 1998, XX Odas del Libro III, traducción del poeta latino Horacio; y su versión de Henry IV en la colección “Shakespeare por escritores”. Sus libros de poemas Párpado, 1973; El Mago, 1984; La Ansiedad Perfecta,1991; Agosto, 1995, y Superficies Iluminadas, 1996; Las Encantadas ; El Carrito de Eneas; y la obra teatral en verso El despertar de Samoil.
OSVALDO SAUMA
Costa Rica, 1949. Ha publicado los libros: Las huellas del desencanto, 1983; Retrato en familia, Premio Latinoamericano EDUCA, 1985; ASABIS, 1993; Madre nuestra fértil tierra, 1997; Bitácora del iluso, 2000; en prensa se encuentra, Farewell. También ha realizado las antologías: Poesía infantil del Conservatorio Castella, 1986; Antología del Conservatorio Castella, 1990; Los signos vigilantes, antología de poesía ecológica, 1992; Tierra de nadie, antología de nueve poetas latinoamericanos, 1994; La sangre iluminada, antología de seis poetas latinoamericanos, 1998; y Martes de poesía en el Cuartel de la Boca del Monte, 1998.
RUBEN DARIO SIERRA
Marsella, Risaralda, 1952. Poeta, narrador y ensayista. Fundador y Director del Taller Literario La Fragua, de Pereira. Autor del libro: Teoría y Práctica de un Taller de Poesía, publicado por la Editorial Magisterio, Bogotá, 1999. Ha publicado poemas, cuentos y ensayos en numerosas revistas y periódicos regionales y nacionales.
EMILCE STRUCCHI
Argentina, 1956. Obtuvo el 2º Premio en género poesía, en el Concurso Leopoldo Marechal (Bs. As. Argentina, 2003); y el 1er. Premio en el Concurso Internacional de Poesía Raúl Rivero (Cuba, 2004). Fue una de las finalistas latinoamericanas del Concurso Internacional de Poesía Ciudad de Melilla (2003).Ha publicado: Pleno de ausencia (cuentos y relatos, 2001); y Los trofeos del abandono (2003); La luz es otra cosa (2004); AMANSALVA (2006): todos en género poesía.
DANIEL TEVINI
Buenos Aires, 1962. Mención en el 1º Certamen Latinoamericano de Poesía organizado por la Editorial Helguero. Luego de diez años de abandono de su labor literaria, escribió La noche más polar, su primera novela por la que fue premiado en el año 2002 por el Fondo Nacional de las Artes. En el año 2005 fue seleccionado por el programa Fondo Cultura BA para la publicación de su libro de poemas: Hotel des Bains. La noche más polar y Hotel des Bains fueron publicadas por Ediciones Deldragón.
CARLOS MARIO URIBE
Manizales 1968. Fundador La nave de papel, Revista cultural y Fundador de Cuadernos de Poesía Mándala. Fundador igualmente del Encuentro de Escritores Inéditos. Es Premio Nacional de Poesía Carlos Héctor Trejos, Riosucio 2003 Tiene publicado el libro Final del viaje (Poemas). Manizales, 1999.
+++
Antología poética Luna de Locos, el festival
Festival Internacional de Poesía en Pereira
Agosto 30 Septiembre 1 de 2007
Compilación y dirección editorial
GIOVANNY GÓMEZ
Revista de Poesía Luna de Locos
Número especial de la Revista de Poesía Luna de Locos.
Edición de distribución gratuita con el auspicio del periódico La Tarde
Pereira, Agosto de 2007
POETAS
Argentina – Bolivia – Colombia – Costa Rica - Venezuela
Luis Fernando Afanador
Rómulo Bustos
Ramón Cote Baraibar
Lucia Estrada
Martha Gantier Valderrama
Víctor Gaviria
Fernando Hernández Vélez
Alejandro Oliveros
William Ospina
Robinson Quintero Osa
Gerardo Rivera
Adhely Rivero
Juan Felipe Robledo
Juan Manuel Roca
Nelson Romero
Yorlady Ruíz
Daniel Samoilovich
Osvaldo Sauma
Rubén Darío Sierra
Emilce Strucci
Daniel Tevini
Carlos Mario Uribe
Un proyecto realizado con el apoyo de
Alcaldía municipal de Pereira, Instituto de Cultura y Fomento al Turismo de Pereira,
Universidad Tecnológica de Pereira, Cámara de Comercio de Pereira,
Avianca, Red de Universidades Públicas del Eje Cafetero Alma Mater, La Tarde
LUIS FERNANDO AFANADOR
Carta a una muchacha que pasó
Eran las vacaciones del setenta y ocho
el final de una adolescencia
de abismo y más abismo
a pesar del mar y los amigos
Fue en el barco de regreso: hablamos
nos tocamos
y de la nada me aparté
sólo por ser bello y deseado
en el momento justo
No hubo direcciones
ni promesas
nunca quisimos vernos
no nos recordamos
pero hoy quisiera decirte
la vida
"que trata mal a casi todos"
ojalá te trate con amor.
Testamento
Ser el recuerdo repentino
La herida cierta
Que alguien siente una mañana
Apenas un recuerdo
Intenso y desgarrado
Que se irá gastando y muere
Con aquella vida
Eso pido
RÓMULO BUSTOS
CIEMPIÉS
El ciempiés en el piso del retrete
tratando de escalar la pared
O braceando
en la pequeña vorágine de la taza
Las lisas, inexpugnables paredes
Las cien patas de tu alma.
MANTARRAYA
Por algún divertido arreglo
los dos muchachos han dividido en dos la mantarraya
como si fuera una hoja de papel
y ahora cada uno lleva su parte colgando de la mano
Ya nada queda de la gracia que el animal
exhibe en los acuarios
Ondeando, sumergiéndose, elevándose en el agua
todo su cuerpo como dos extrañas alas
Mientras la ofrecen a lo largo de la playa los dos
/muchachos
aseguran que con ella se prepara un excelente
y vigorizante cocido
Las dos partes siguen vivas
A veces una de ellas levemente se estremece y aletea
como si una parte reclamara la otra
O como si conservara alguna oscura memoria de su
/vuelo
RAMON COTE BARAIBAR
GINEVRA BENCI
Leonardo da Vinci
Hay algo superior
al amor
y es el olvido
porque silenciosamente
va limando
puliendo
despojando
todo lo que por pasión
o soledad
consideramos alguna vez eterno.
Un día cualquiera lo advertimos
cuando al querer recordar la cara
de una mujer mil veces besada,
en lugar de repasar sus párpados,
extraviarnos en la profundidad de su boca,
recuperar el doble salto de corza de sus cejas,
para nuestro desconcierto encontramos
solamente
un óvalo
balanceándose en el aire del pasado
como una fruta solitaria.
Entonces la memoria
en una desesperada maniobra de rescate,
emplea palabras verdes
como enebro
enredadera
boscaje
y se vale de una mandolina
como música de fondo
para lograr su restitución.
Pero el veredicto del tiempo es inapelable.
Y traicionero el trabajo del olvido.
Ahora te comprendo
dolorida Ginevra Benci,
cuando en la oscura sala de un museo
norteamericano miras hacia nadie,
sin esperanza, como una lámpara encendida
en pleno día,
soportando impasible
las parejas que pasan de largo sin detenerse a mirarte,
los cumplidos que hacen de otras madonnas.
De nada te ha valido tener la cara más perfecta,
la más delicada salida de manos de Leonardo,
porque cargas como una maldición
la marca indeleble
del óvalo
del olvido.
LUCIA ESTRADA
YOCASTA
Si preguntaras
a la Piedra
respondería con tu nombre:
el propio corazón
es el oráculo.
DJUNA
Pregunto por el sueño
y en respuesta
lentos animales
de la noche
rodean mi casa.
ALMA MALHER
Yo también lo prefiero.
Es más bella la mano
al pulsar una cuerda invisible.
Cuando duermes,
reaparecen las tres mil sombras de tus dedos
tejiendo filigranas
en el oscuro cuello del dragón.
Te miro inquieta
sin atreverme a respirar.
Es la hora más alta
del doble vuelo nocturno.
Escribo en la seda de tus párpados
mi temor de perderle,
de que huya como gato por los techos,
de que salte y reviente la cuerda
de todas las campanas del mundo,
de que se despeñe con el sonido metálico
de un arcángel
en el centro mismo de la orquesta.
Yo también lo prefiero
cóncavo y oscuro.
La clave blanca y negra
de todo cuanto existe
se advierte
en su sinfonía de agujas.
MARTHA GANTIER BALDERRAMA
LA NOCHE
Oigo a instantes la noche como un galope de caballos,
la noche como un eco de río,
como una brisa que se esconde entre los pliegues
azules de la muerte,
como una sombra.
Me escondo en su sonido,
en su lejanía tan próxima a mi piel,
a mi silencio,
al pantano en que me orillo y me esfumo
(me duele mi destino de cigarrillo).
La noche como un galope de caballos blancos e
invisibles,
como caballos hecho de tormenta en un
horizonte apenas material,
en un horizonte perdido donde sólo hay cruces
movidas por el viento
la noche como un galope…
VOZ DE TARDE MUERTA
Es preciso reconocer,
que,
en esta hora lóbrega,
bajo los árboles sucios,
esqueléticos,
la belleza es un pedazo de mentira
un milagro en la penumbra,
o una gota de fuego invisible cayendo en el ocaso.
Es preciso reconocer,
también
que la voz muerta de la tarde viene atravesada
de voluptuosidades,
dispuesta a arrasar con todas las coreografías del alma
con todos los pájaros deshabitados y secretos,
con todas las desesperaciones que no pudieron
refugiarse en el deseo.
VÍCTOR GAVIRIA
A USTEDES, PENSAMIENTOS, agradezco
que no me hayan traicionado,
y que se hayan escondido tan hondo
detrás de mi cara,
que yo haya estado con tanta gente
en fiestas y reuniones de trabajo,
y ustedes hayan permanecido silenciosos,
sin hacer huir a nadie de mí,
y no hayan hecho ruido involuntario como
lo hacen algunos vasos o sillas que se caen
de extraña inquietud...
A ustedes, pensamientos, agradezco
haber esperado tanto tiempo en la última pieza honda
de mi vida,
sobre todo porque han hecho que algunos me amen
por escucharlos sin decirles nada, por estar ahí como una compañía
que tanto necesitan las cosas,
por estar ahí en las largas noches
en que no éramos nadie, por favor, no éramos nadie,
y el viento nos barría...
CUÁNTAS LÁGRIMAS se desperdician en los cines
o en los libros, o aun las lágrimas espontáneas
de los aficionados al fútbol cuando se reúnen por millares.
Porque cuando salen del cine, o dejan a un lado los libros,
o se separan de la multitud,
los hombres y mujeres miran las calles con ojos secos
que lo hacen todo transitorio:
¿para dónde van tan de prisa,
pensando en otras cosas?
Van hablando con ellos mismos
el diálogo del que no pregunta nada
ni nada responde.
Lluvia, agua humilde del cielo,
hazme blando como esta tierra.
FERNANDO HERNÁNDEZ VELEZ
LA MEDICIÓN DE LAS COSAS
Yo no mido mi vida con cucharitas de café,
no soy Eliot.
Yo mido mi vida con partidos de fútbol en la tele,
con madrugadas interminables analizándome ante el espejo,
con el palpitar estremecedor de mi corazón
antes de caer dormido.
Yo mido mi vida con pócimas para espantar los sueños,
con los besos tiernos de infancia que nunca me dieron.
Yo no mido mi vida con citas de té crepusculares,
no soy extranjero,
la mido con relojes de arena traídos de Marruecos,
con la vara con la que se mide la injusticia,
con aquella furtiva sonrisa que me dio el amor
hace tanto tiempo.
REPRIMENDA PARA LOS MUERTOS
Los muertos no sirven para nada.
Les he pedido a mis padres muertos hace mucho tiempo
que me ayuden
con un carro nuevo, una nueva esposa,
un abrigo de pieles para este corazón frío que se congela
y nada pasa.
Los muertos son un estorbo, no son reciclables,
contaminan el paisaje, asustan a los niños.
Se pudren en silencio
mis padres,
sin comentar nada sobre sus dolores, sus sueños inmortales.
No valen las misas, las oraciones,
las visitas al cementerio,
las promesas de flores naturales,
de un mausoleo nuevo de mármol y granito.
No, ellos se rehúsan a ayudarme,
sólo se pudren estoicamente.
ALEJANDRO OLIVEROS
Antaño
Ya no te acercas como antaño, cuando el azulejo
ahuyentaba la muerte de las ramas del sauce
y en silencio las vegas del río nos guardaban
de la noche despoblada y el espanto.
Tu hermosura aparece cada vez más breve
y tus voces no se oyen por el verde de los montes.
Aquella mirada de caminos de tierra y calles
sin asfalto, no reconoce los temores de este cuerpo.
Vives la distancia que se desplaza hacia el olvido,
el instante en duermevela, la disolución de todo anhelo.
Donde era claridad que no perece, se estrecha
la confusión dilatada y el llanto.
Ya no te acercas y, a oscuras en la niebla,
sentimos la mudanza insensible de tu paso.
Metamorfosis
Has cambiado de apariencia tantas veces
que sólo te reconozco entre las sombras,
cuando regresan del norte las lechuzas
y el sapo extiende sus redes bajo el agua.
Hace treinta años tu perfil deslumbrante
se insinuó en la corteza del sauce
y en la llama desprendida de la acacia,
me consolaba tu recuerdo, la esperanza de tus besos.
Ahora padezco la piel de tus metamorfosis.
Verde o negro, tu rostro sin reflejos
anuncia los meses helados de melancolía,
la neblina que no aclara, el fulgor que no estremece.
Sólo entre sombras te conozco. Apariencia
temible, luz necesaria, esplendor de los días.
WILLIAM OSPINA
ROBINSON QUINTERO OSSA
LA OTRA ÍTACA
Siempre se ha dicho:
el camino es largo
Para arribar a tal o cual Itaca
hay obstáculos
extravíos
y pocos atajos
Se necesita de algo más que ardentía
y arrojo
Y se dice también
que al final de la ardua jornada
espera a cada uno la recompensa:
la paciencia es hermosura
después de la niebla hay sol
sacrificio añade sabiduría
Pero sé de lugares jamás encontrados
en los que el hombre ha quedado
en la intemperie
Si no es la dicha el mismo camino
si no es cada paso el puerto
no lo emprendas
No siempre se nos espera
No todos llegamos a tiempo
ADAGIO DE ADAGIOS
Me escapé de una ruidosa fiesta con una de las sombras de la noche, jalonado por los bríos del alcohol y del deseo, en un taxi que cruzó como otra sombra la ciudad.
Sombra de piel blanca y pelo negro, los colores del cine tienes
–le susurré–. No me sonroja el alcohol sino el deseo, me contestaba despintando la noche con el labial de su voz.
Y a su cuerpo a contravía de la luz como a un objeto sin apariencia, como a un espejo sin imagen o como a un lienzo sin color le di mi claridad. Pero con las sombras de la noche siguiente, otra sombra –salida de no sé qué escondite –, me madrugó.
Aprende de esta historia, un adagio de adagios: asaltador asaltado es el amor.
GERARDO RIVERA
DESPERTARÁN CONTIGO MAÑANA
Los recuerdos despertarán contigo mañana,
también el bosque iluminado despertará contigo,
Y el agua que escuchabas al otro lado del alma,
correrá a tu costado diciendo viejas palabras
como divinas verdades escritas en la noche,
Y en el aire de ayer, las islas encantadas
flotarán como sueños avanzando en la memoria,
Joven viajero
pronto a despertar,
Apresurándote, como si ya hubieras llegado
cuando aun no habías partido,
El fragante mar azul bajo tus pies
y el sol allá a lo lejos sobre las islas,
Ayer,
al despertar
SERÁN HOJAS?
Dijo: blancura
y un delicado frío, elevando sus brazos
alcanzó la puerta casi olvidad del jardín.
Pero el amor va mucho más allá
y los largos suspiros de su pecho
brillaron como extrañas joyas dormidas.
Fueron pájaros?
O largos y casi invisibles vuelos
de sombras que se besan sangrando
en el aire,
fueron ángeles?
o sólo antorchas, que la noche dibuja
con helados dedos como estrellas,
serán hojas?
ADHELY RIVERO
Número de suerte
Me puedo quedar la noche pensando
y sacrificar la tristeza del día.
Todos estos años le he pedido a Dios
muchos años
para contar la experiencia de la vida que tienen
los hombres viejos.
Uno se levanta a diario
sobre la luz del amanecer, sale al trabajo,
se sienta como un jefe a esperar las dificultades
que traen los otros.
Habla con sabiduría, delante de una biblioteca
de la poesía contemporánea del mundo,
recuerda un verso, un buen verso, y salva
la jornada.
Hay días difíciles para el alma,
nos recogemos para que el sueño
revele un número de suerte.
Mudanza
De abajo veníamos siguiendo la luz de unas hojas verdes.
Era invierno en los ríos. Empezaba a subir la corriente.
El pueblo se reconocía en una sola casa que aspiraba
el horizonte.
Yo no tuve grandes enseres que mudar, iba escotero
con los ojos inmensos como techo de cielo.
Llegando se sienten los colores
y uno los reúne en el temblor de la sangre.
Mi casa se quedó en la planicie ancha del universo.
Mi caballo se quedó en la doma del vaquero
que me cuida las reses en la sabana.
De repente dejé el pensamiento,
al garete rozaba el parabrisas.
Entraba a las carreteras. Largas cuerdas tendidas
hacia algún lugar.
Esta ciudad es muy grande. No es un pueblo.
En esta ciudad no hay caballos, ni vacas, ni toros.
Tendrá un río. Una plaza, una gallera y un cine.
Pero no es un pueblo.
JUAN FELIPE ROBLEDO
OSCURO ORIGEN
De una turbia sensación nacen algunos poemas,
bloques pesados que se van deshaciendo entre los dedos
y pueden llegar a ser la pura sutileza, la levedad.
Estos desvanes sucios y oscuros no conocen un oasis de sosiego,
la claridad los dejó de lado
y ningún héroe los recordará en el instante de la muerte.
Hacen que dudemos de la tarea de hacer versos,
nos preguntamos si será bueno ofrendar la vida a este ídolo que no parece /cambiar a nadie con su brillo tenue,
el temporal doloroso del corazón no alcanza a explicarnos el sentido de este /tránsito.
Pero hay florecitas sobre la tumba del olvidado escribiente,
mañanas de poemas sin término nos permitieron vivir en paz con los /ancestros,
y el oscuro inicio de esta canción nos ha dado fuerza para cruzar la llanura.
La poesía es, también, esa mancha de grasa sobre la que el niño dibuja el /rostro de su madre.
MARINA TSVIETÁIEVA HABLA CON LA NOCHE
Cuando brille la coraza plateada
a la sangre de mi hoguera,
cuando brille esa coraza pura, luminosa,
cuando brille sin amor bajo la luna.
Cuando brille la lejana, la encantada,
y la linfa blanca corra por las manos.
En la noche de los búhos, los murmullos,
cuando la zorra se pasee por la era,
cuando al campo lo visite la menuda lluvia,
la que no ha conocido sosiego desde el inicio.
Y en el campo nos arrastremos como heridos por el rayo
y el recuerdo de este tiempo de astromelias nos golpee.
En ese tiempo que no hemos elegido, sin deseos,
se eleve sobre un puente la horca del condenado.
Te daré un beso en la frente, uno que todo lo borre,
una bendición que te llene y sea dicha sin prisa, amorcito.
JUAN MANUEL ROCA
TESTAMENTO DEL PINTOR CHINO
Cuando el sobrio Emperador
Me conminó a borrar del cuadro una cascada,
-El chapoteo incesante espantaba su sueño-
Como buen cortesano obedecí
Y esfumé su torrente.
Sin embargo, oculté tras el dibujo de un cerezo
Una rana que croa
Y que el anciano Emperador confunde
Con su agitado corazón.
En un biombo de lino me pinté a mí mismo
Al momento de dibujar un caballo.
Una noche después espanté con el pincel al caballo,
Pues no soportaba sus relinchos.
Pronto borraré mi crepuscular figura del óleo,
-Emperador de mi cuerpo-
Y sabrán que es de la misma materia
La ausencia de un hombre o de un caballo.
POEMA INVADIDO POR ROMANOS
Los romanos eran maliciosos.
Llenaron Europa de ruinas
Confabulados con el tiempo.
Les interesaba el futuro,
Las huellas más que las pisadas.
Los romanos, Casandra, eran mañosos.
No fraguaron el Acueducto de Segovia
Como un ducto de agua y de luz.
Lo pensaron como vestigio,
Como un absorto pasado.
Sembraron de edificios roñosos Europa,
De estatuas acéfalas
Engullidas por la gloria de Roma.
No hicieron el Coliseo
Para que los tigres devoraran
A su antojo a los cristianos,
tan poco apetecibles,
Ni para ver ensartadas
Como entremeses del infierno
A las huestes de Espartaco.
Pensaron su ruina, una ruina proporcional
A la sombra mordida del sol que agoniza.
Mi amigo Dino Campana
Pudo haber saltado a la yugular
De uno de sus dioses de mármol.
Los romanos dan mucho en qué pensar.
Por ejemplo,
En un caballo de bronce
De la Piazza Bianca.
Al momento de restaurarlo,
Al asomarse a su boca abierta,
Encontraron en el vientre
Esqueletos de palomas.
Como tu amor,
Que se vuelve ruina
Mientras más lo construyo.
El tiempo es romano.
NELSON ROMERO
CARTA
Sólo como pan y cerveza.
El hambre es de pinceles, de telas…
Miro los soles concluir en estas tardes verdes
que me aguardan una esperanza, y algo
se crispa en el espíritu insaciable.
El alba me acoge con brazos blancos
y creo comer de las patatas que pinto.
El hambre es de colores.
Envíame un poco de dinero para ganar los días que vienen,
voy a terminar los bordes de un cielo por el que quiero escapar.
TINTA DE ESCARABAJO
El escarabajo huye de mi pluma. Mientras vaya redondeando materia pestilente, el insecto no se deja escribir.
Un gran escarabajo hizo la redondez acharada de este planeta, gracias al poder de su imperfección.
Cuando el escarabajo se cansa de redondear la materia, se escarabaja, y sueña. Deja de ser escarabajo.
El pequeño Larousse informa en sentido figurado: Escarabajear es escribir haciendo escarabajos. Yo escribo escarabajos, y cuando también me canso de redondear mi propio estiércol, me escarabajo, sueño.
Escribo en una escalera, el abismo es insecto coleóptero. La tinta de mi pluma no le huye, ni se acuesta a esperar que el ángel del abismo le quite el peldaño. El escarabajo anda con su mundo bajo el vientre, no vaya a ser que le arrebaten el planeta.
Poseo el oficio exquisito del insecto en mi mano: hacer redonda, aunque por un instante, la dicha invisible de una materia inútil.
YORLADY RUIZ
A DIARIO A DIA-RÍO A ADIARIO
III
Retengo el corazón de jóvenes bellos
les beso las entrañas
después,
emprenden la huida, llenos de tristeza.
Ellos prometen quedarse,
prometen la agonía de sus días.
Yo aprovecho la danza de su cuerpo,
su baile, suavidad cárnica,
movimiento de lenguas,
perdidas enredaderas en su edad.
BAR EL ESLABON PRENDIDO
Ahora nos reventamos en cada encuentro,
en cada desenlace,
en cada circulo imperfecto.
Vuelve la espiral
hilo enredado,
te voy a extrañar en mi cuerpo,
te voy a rastrear en el mapa de mi piel
esa criptografía mundana,
este baile constante de la calle, la calle, la salsa,
ese son de fiebre que nos enfermó,
ese sudor de mares en tu camisa continente.
OSVALDO SAUMA
ALERTA INMINENTE
este corazón
ya no es el mismo
cuando uno menos piensa
se sale de su curso
o tiembla como un pájaro
en medio de la niebla
yo
para que no
se salga con la suya
me agarro con las manos
el lado izquierdo del pecho
o golpeo con rabia
la punzada del desasosiego
o finjo toser
para que la sangre
limpie un poco las arterias
a este corazón lo han auscultado
con todas esas máquinas
que miden sus heridas
le han prohibido lo que más amaba
le han condenado
al exilio de toda embriaguez
Latitud cero
justo en la mitad del mundo
las nubes
perros del aire
viajan directamente al sur
nubes que Michaux amó
como se suele amar a los lobos
esos pastores fieles de las montañas
en medio de la cintura del planeta
en el punto cero cero cero
donde convergen el yin y el yang
hay un hombre dividido
entre una línea imaginaria
y los rayos perpendiculares
que deja caer el sol
aquí
sobre estas cimas
donde la razón trazó sus coordenadas
y orientó el desasosiego de su miedo
aquí en el Ecuador
hay un hombre fervoroso
cantándole al ombligo de la Tierra
DANIEL SAMOILOVICH
PORTO DOS OSSOS
L’angoisse de l’amour te serre le gosier
comme si tu ne devais jamais plus être aimé
Apollinaire, Zone
¿Pero cómo se hará de noche si la sombra
no sabe qué hacer contra el pulido
azul de la bahía?
Los cascos de los barcos ya están negros
y el cielo rayado de mástiles negros
y el agua todavía resplandece.
En el bar, siluetas
que la tarde cortó de su papel plateado
toman whisky y murmuran
en media docena de lenguas. Y tu botella
se va poniendo igual a todas las botellas;
ya no es posible leer las etiquetas.
¿Pero cómo se hará de noche
si la noche vacila
ante el escudo azul de la bahía?
Alguien tal vez venga nadando
de los barcos, y por la estela negra
que dejen sus brazadas invisibles
entre la noche al mar. Entonces sí,
antes que llegue el nadador
será de noche y se habrá abierto
la mano que en un puño tu corazón tenía.
YA VOLVERÁN
Viene la madrugada con sus dedos rojos,
detrás viene rodando la mañana
como una epidemia de hepatitis A:
rueda sobre las casas suburbanas,
sobre las altas torres, la quema y el mar:
de este a oeste rueda: algunos demoran
en saber dónde están, otros entienden de inmediato:
algunos niños lloran: algunos adultos deberían llorar:
las estrellas agitan sus bracitos
en señal de despedida: ya volverán:
pero no todos los que ahora desperezan
seguirán vivos cuando asome la tarde.
(De Molestando a los demonios, inédito)
RUBÉN DARIO SIERRA
ENCANTAMIENTO
Junto al pozo llegué
Mi ojo pequeño y miope
se hizo hondo
interior
Estuve justo allí
lleno de mí
ascendente y profundo
Mi alma contra el pecho
golpeaba mi piel
alzándola en el aire
como una bandera
La oscura charca abierta por la luz
era una sola criatura
perfecta
ilimitada
para que el amor pudiera asirla
sin nidos y sin tierra de por medio
ALQUIMIA DEL AGUA
Gota a gota
letra a letra
la naturaleza de dos rostros
explica los horizontes y partidas
con ingenuos vocablos
que ascienden la pendiente del olvido
hacia la luz del río original
por entre dunas y rocas
Algo hay que divide y suma en el momento
con un gesto de grandeza
que circula por las venas de la tierra
por las voces nunca dichas
restituyendo el poder de la palabra
en las cimas del vuelo y de la hondura
para invocar los refugios del comienzo
esos simples parajes de las aguas
místicos continuos sin tiempo
con la inasible unidad de la nubes
danzando al ritmo del reposo
Lluvias y palabras
gotas y silencios
soportan la raíz de la pureza
a través de las piedras florecidas
y sin embargo algo nuevo resplandece
aún bajo los sueños
EMILCE STRUCCI
Amanecida, por completo amanecida
la mujer distingue claramente
la mecedora en movimiento.
Ahora puede ver que Frida y ella son una misma-desiguales
y que aún así,
se desean y se aman
y escriben varios hijos.
Ella los traza sobre el block de notas,
no los nombra;
sólo los pinta.
Espolvorea algunas flores
(de fragancias profundas)
sobre esas tumbas venideras.
Aprende el oficio de continuar, andándose;
se rinde a su deseo,
se culmina, rodeada de estrellas.
Entonces, languidece.
Declaración de bienes
Soy la contracara de mí,
la expulsada. Esta abatida espesura de la imagen.
Un grito en el pedregal.
Soy la que ingresa en la noche
armada hasta los dientes, con espadas mezquinas,
con infieles y tristes proyectiles
de capitulaciones.
Llevo conmigo estigmas de cada batalla,
piadosos desvaríos de mis antepasados,
ciertas alegrías punzantes y unos cuantos rencores.
Declaro que la duración
está ahuecada en mis puños y espera su turno:
el vértigo del sueño, un día que termina. La zozobra.
La náusea de tanto abismo en torno a nada,
alrededor del miedo.
Proclamo mi condición de no ser
y poseer al mismo tiempo pesadas cargas
de no bienes.
Difuntos
que vigilan mi lugar. Esta tierra inhóspita
donde nadie ha visto que huyo
con los trofeos del abandono.
DANIEL TEVINI
Los trabajos y los ocios que en Thomas Mann anidan
Reposo en las playas del Lido
con la sabiduría tendida de los muelles
bajo el albur de las envejecidas romanzas
adormecido a la sombra del tedio
Y si recorro los canales
en las entumecidas madrugadas
y me pierdo vanamente en mí mismo
es que abomino de los dioses remotos
debatiéndome tras el cálido templo
de un cuerpo pleno de sí
Anoche
una balsa herida de adolescencia
me cerraba los ojos
Soy un espíritu moroso
que se deja poseer
y maniatar
por el perfume de tu aliento
y si en la humillación de mi letargo
consiento en una única labor
¬¬–vigilar
como un faro exquisito
como un guerrero célico
la castidad fugaz de tu mirada¬¬–
es que bebo en los atardeceres
el elixir de una luz en decadencia
y en mi sed
diariamente me condeno
Malditos los primitivos helenos
dados a cifrar la belleza
e intentar esa verdad contemplativa
que nominaron ocio
Maldito el Siroco
Malditos los dientes cetrinos de los gondoleros
Maldita para siempre tu belleza
Entiéndeme
no he de probar los frutos de tu boca
Sobre la mesa del Lido
frutillas brevas y uvas
me aguardan cautamente
en una cesta de mimbre
donde la peste duerme su siesta
como una cortesana
abúlica
celosa
CARLOS MARIO URIBE
ODA PARA UN AMIGO MUERTO
“…Porque la muerte de su padre era lo único
que había sucedido y seguiría sucediendo sin fin.”
Jorge Luis Borges Emma Zunz.
I
Después de haberte ahogado en todas las aguas del mundo,
de haber anclado el color de tus ojos
en todos nuestros corazones o,
como diría Lautreamont, en todos los océanos,
me queda, además de una rabia profunda y sin causa,
me queda, nos queda, toda tu soledad.
Estoy celoso de tu muerte,
aunque te apropiaste de ella o ella de ti,
de tal manera que los presagios
ya eran flores anticipadas de la tumba,
ya eran pájaros con plumas de agua,
flores de pétalos sonrientes, sueños tristes,
ya eran los amplios círculos del ave de la muerte
volando a nuestro lado, contigo, con nosotros.
II
Después de haber dejado tu vida entre dos aguas
como dejabas tus cosas, tus libros
casi en cualquier parte, en una celda,
en otros pueblos, en la noche.
Nos dejaste una moneda y sus dos lados
con el exiguo valor de lo intangible:
la desnuda cara del dolor que me muerde,
me desmembra,
me deja viéndote andar
entre los peces y, el sello,
la certeza que firmaste de antemano
tu acercamiento a la herida y el mar,
al rocío y la lágrima.
Esa moneda sacra, secreta
que resplandece con la luz de las estrellas,
las que a veces espiabas, antes de escabullirte
entre tus amadas, sí, tus queridas,
Las que te amaban y, más esquivo aún,
entre las que ahora te aman.
GINEVRA BENCI
Leonardo da Vinci
Hay algo superior
al amor
y es el olvido
porque silenciosamente
va limando
puliendo
despojando
todo lo que por pasión
o soledad
consideramos alguna vez eterno.
Un día cualquiera lo advertimos
cuando al querer recordar la cara
de una mujer mil veces besada,
en lugar de repasar sus párpados,
extraviarnos en la profundidad de su boca,
recuperar el doble salto de corza de sus cejas,
para nuestro desconcierto encontramos
solamente
un óvalo
balanceándose en el aire del pasado
como una fruta solitaria.
Entonces la memoria
en una desesperada maniobra de rescate,
emplea palabras verdes
como enebro
enredadera
boscaje
y se vale de una mandolina
como música de fondo
para lograr su restitución.
Pero el veredicto del tiempo es inapelable.
Y traicionero el trabajo del olvido.
Ahora te comprendo
dolorida Ginevra Benci,
cuando en la oscura sala de un museo
norteamericano miras hacia nadie,
sin esperanza, como una lámpara encendida
en pleno día,
soportando impasible
las parejas que pasan de largo sin detenerse a mirarte,
los cumplidos que hacen de otras madonnas.
De nada te ha valido tener la cara más perfecta,
la más delicada salida de manos de Leonardo,
porque cargas como una maldición
la marca indeleble
del óvalo
del olvido.
LUCIA ESTRADA
YOCASTA
Si preguntaras
a la Piedra
respondería con tu nombre:
el propio corazón
es el oráculo.
DJUNA
Pregunto por el sueño
y en respuesta
lentos animales
de la noche
rodean mi casa.
ALMA MALHER
Yo también lo prefiero.
Es más bella la mano
al pulsar una cuerda invisible.
Cuando duermes,
reaparecen las tres mil sombras de tus dedos
tejiendo filigranas
en el oscuro cuello del dragón.
Te miro inquieta
sin atreverme a respirar.
Es la hora más alta
del doble vuelo nocturno.
Escribo en la seda de tus párpados
mi temor de perderle,
de que huya como gato por los techos,
de que salte y reviente la cuerda
de todas las campanas del mundo,
de que se despeñe con el sonido metálico
de un arcángel
en el centro mismo de la orquesta.
Yo también lo prefiero
cóncavo y oscuro.
La clave blanca y negra
de todo cuanto existe
se advierte
en su sinfonía de agujas.
MARTHA GANTIER BALDERRAMA
LA NOCHE
Oigo a instantes la noche como un galope de caballos,
la noche como un eco de río,
como una brisa que se esconde entre los pliegues
azules de la muerte,
como una sombra.
Me escondo en su sonido,
en su lejanía tan próxima a mi piel,
a mi silencio,
al pantano en que me orillo y me esfumo
(me duele mi destino de cigarrillo).
La noche como un galope de caballos blancos e
invisibles,
como caballos hecho de tormenta en un
horizonte apenas material,
en un horizonte perdido donde sólo hay cruces
movidas por el viento
la noche como un galope…
VOZ DE TARDE MUERTA
Es preciso reconocer,
que,
en esta hora lóbrega,
bajo los árboles sucios,
esqueléticos,
la belleza es un pedazo de mentira
un milagro en la penumbra,
o una gota de fuego invisible cayendo en el ocaso.
Es preciso reconocer,
también
que la voz muerta de la tarde viene atravesada
de voluptuosidades,
dispuesta a arrasar con todas las coreografías del alma
con todos los pájaros deshabitados y secretos,
con todas las desesperaciones que no pudieron
refugiarse en el deseo.
VÍCTOR GAVIRIA
A USTEDES, PENSAMIENTOS, agradezco
que no me hayan traicionado,
y que se hayan escondido tan hondo
detrás de mi cara,
que yo haya estado con tanta gente
en fiestas y reuniones de trabajo,
y ustedes hayan permanecido silenciosos,
sin hacer huir a nadie de mí,
y no hayan hecho ruido involuntario como
lo hacen algunos vasos o sillas que se caen
de extraña inquietud...
A ustedes, pensamientos, agradezco
haber esperado tanto tiempo en la última pieza honda
de mi vida,
sobre todo porque han hecho que algunos me amen
por escucharlos sin decirles nada, por estar ahí como una compañía
que tanto necesitan las cosas,
por estar ahí en las largas noches
en que no éramos nadie, por favor, no éramos nadie,
y el viento nos barría...
CUÁNTAS LÁGRIMAS se desperdician en los cines
o en los libros, o aun las lágrimas espontáneas
de los aficionados al fútbol cuando se reúnen por millares.
Porque cuando salen del cine, o dejan a un lado los libros,
o se separan de la multitud,
los hombres y mujeres miran las calles con ojos secos
que lo hacen todo transitorio:
¿para dónde van tan de prisa,
pensando en otras cosas?
Van hablando con ellos mismos
el diálogo del que no pregunta nada
ni nada responde.
Lluvia, agua humilde del cielo,
hazme blando como esta tierra.
FERNANDO HERNÁNDEZ VELEZ
LA MEDICIÓN DE LAS COSAS
Yo no mido mi vida con cucharitas de café,
no soy Eliot.
Yo mido mi vida con partidos de fútbol en la tele,
con madrugadas interminables analizándome ante el espejo,
con el palpitar estremecedor de mi corazón
antes de caer dormido.
Yo mido mi vida con pócimas para espantar los sueños,
con los besos tiernos de infancia que nunca me dieron.
Yo no mido mi vida con citas de té crepusculares,
no soy extranjero,
la mido con relojes de arena traídos de Marruecos,
con la vara con la que se mide la injusticia,
con aquella furtiva sonrisa que me dio el amor
hace tanto tiempo.
REPRIMENDA PARA LOS MUERTOS
Los muertos no sirven para nada.
Les he pedido a mis padres muertos hace mucho tiempo
que me ayuden
con un carro nuevo, una nueva esposa,
un abrigo de pieles para este corazón frío que se congela
y nada pasa.
Los muertos son un estorbo, no son reciclables,
contaminan el paisaje, asustan a los niños.
Se pudren en silencio
mis padres,
sin comentar nada sobre sus dolores, sus sueños inmortales.
No valen las misas, las oraciones,
las visitas al cementerio,
las promesas de flores naturales,
de un mausoleo nuevo de mármol y granito.
No, ellos se rehúsan a ayudarme,
sólo se pudren estoicamente.
ALEJANDRO OLIVEROS
Antaño
Ya no te acercas como antaño, cuando el azulejo
ahuyentaba la muerte de las ramas del sauce
y en silencio las vegas del río nos guardaban
de la noche despoblada y el espanto.
Tu hermosura aparece cada vez más breve
y tus voces no se oyen por el verde de los montes.
Aquella mirada de caminos de tierra y calles
sin asfalto, no reconoce los temores de este cuerpo.
Vives la distancia que se desplaza hacia el olvido,
el instante en duermevela, la disolución de todo anhelo.
Donde era claridad que no perece, se estrecha
la confusión dilatada y el llanto.
Ya no te acercas y, a oscuras en la niebla,
sentimos la mudanza insensible de tu paso.
Metamorfosis
Has cambiado de apariencia tantas veces
que sólo te reconozco entre las sombras,
cuando regresan del norte las lechuzas
y el sapo extiende sus redes bajo el agua.
Hace treinta años tu perfil deslumbrante
se insinuó en la corteza del sauce
y en la llama desprendida de la acacia,
me consolaba tu recuerdo, la esperanza de tus besos.
Ahora padezco la piel de tus metamorfosis.
Verde o negro, tu rostro sin reflejos
anuncia los meses helados de melancolía,
la neblina que no aclara, el fulgor que no estremece.
Sólo entre sombras te conozco. Apariencia
temible, luz necesaria, esplendor de los días.
WILLIAM OSPINA
ROBINSON QUINTERO OSSA
LA OTRA ÍTACA
Siempre se ha dicho:
el camino es largo
Para arribar a tal o cual Itaca
hay obstáculos
extravíos
y pocos atajos
Se necesita de algo más que ardentía
y arrojo
Y se dice también
que al final de la ardua jornada
espera a cada uno la recompensa:
la paciencia es hermosura
después de la niebla hay sol
sacrificio añade sabiduría
Pero sé de lugares jamás encontrados
en los que el hombre ha quedado
en la intemperie
Si no es la dicha el mismo camino
si no es cada paso el puerto
no lo emprendas
No siempre se nos espera
No todos llegamos a tiempo
ADAGIO DE ADAGIOS
Me escapé de una ruidosa fiesta con una de las sombras de la noche, jalonado por los bríos del alcohol y del deseo, en un taxi que cruzó como otra sombra la ciudad.
Sombra de piel blanca y pelo negro, los colores del cine tienes
–le susurré–. No me sonroja el alcohol sino el deseo, me contestaba despintando la noche con el labial de su voz.
Y a su cuerpo a contravía de la luz como a un objeto sin apariencia, como a un espejo sin imagen o como a un lienzo sin color le di mi claridad. Pero con las sombras de la noche siguiente, otra sombra –salida de no sé qué escondite –, me madrugó.
Aprende de esta historia, un adagio de adagios: asaltador asaltado es el amor.
GERARDO RIVERA
DESPERTARÁN CONTIGO MAÑANA
Los recuerdos despertarán contigo mañana,
también el bosque iluminado despertará contigo,
Y el agua que escuchabas al otro lado del alma,
correrá a tu costado diciendo viejas palabras
como divinas verdades escritas en la noche,
Y en el aire de ayer, las islas encantadas
flotarán como sueños avanzando en la memoria,
Joven viajero
pronto a despertar,
Apresurándote, como si ya hubieras llegado
cuando aun no habías partido,
El fragante mar azul bajo tus pies
y el sol allá a lo lejos sobre las islas,
Ayer,
al despertar
SERÁN HOJAS?
Dijo: blancura
y un delicado frío, elevando sus brazos
alcanzó la puerta casi olvidad del jardín.
Pero el amor va mucho más allá
y los largos suspiros de su pecho
brillaron como extrañas joyas dormidas.
Fueron pájaros?
O largos y casi invisibles vuelos
de sombras que se besan sangrando
en el aire,
fueron ángeles?
o sólo antorchas, que la noche dibuja
con helados dedos como estrellas,
serán hojas?
ADHELY RIVERO
Número de suerte
Me puedo quedar la noche pensando
y sacrificar la tristeza del día.
Todos estos años le he pedido a Dios
muchos años
para contar la experiencia de la vida que tienen
los hombres viejos.
Uno se levanta a diario
sobre la luz del amanecer, sale al trabajo,
se sienta como un jefe a esperar las dificultades
que traen los otros.
Habla con sabiduría, delante de una biblioteca
de la poesía contemporánea del mundo,
recuerda un verso, un buen verso, y salva
la jornada.
Hay días difíciles para el alma,
nos recogemos para que el sueño
revele un número de suerte.
Mudanza
De abajo veníamos siguiendo la luz de unas hojas verdes.
Era invierno en los ríos. Empezaba a subir la corriente.
El pueblo se reconocía en una sola casa que aspiraba
el horizonte.
Yo no tuve grandes enseres que mudar, iba escotero
con los ojos inmensos como techo de cielo.
Llegando se sienten los colores
y uno los reúne en el temblor de la sangre.
Mi casa se quedó en la planicie ancha del universo.
Mi caballo se quedó en la doma del vaquero
que me cuida las reses en la sabana.
De repente dejé el pensamiento,
al garete rozaba el parabrisas.
Entraba a las carreteras. Largas cuerdas tendidas
hacia algún lugar.
Esta ciudad es muy grande. No es un pueblo.
En esta ciudad no hay caballos, ni vacas, ni toros.
Tendrá un río. Una plaza, una gallera y un cine.
Pero no es un pueblo.
JUAN FELIPE ROBLEDO
OSCURO ORIGEN
De una turbia sensación nacen algunos poemas,
bloques pesados que se van deshaciendo entre los dedos
y pueden llegar a ser la pura sutileza, la levedad.
Estos desvanes sucios y oscuros no conocen un oasis de sosiego,
la claridad los dejó de lado
y ningún héroe los recordará en el instante de la muerte.
Hacen que dudemos de la tarea de hacer versos,
nos preguntamos si será bueno ofrendar la vida a este ídolo que no parece /cambiar a nadie con su brillo tenue,
el temporal doloroso del corazón no alcanza a explicarnos el sentido de este /tránsito.
Pero hay florecitas sobre la tumba del olvidado escribiente,
mañanas de poemas sin término nos permitieron vivir en paz con los /ancestros,
y el oscuro inicio de esta canción nos ha dado fuerza para cruzar la llanura.
La poesía es, también, esa mancha de grasa sobre la que el niño dibuja el /rostro de su madre.
MARINA TSVIETÁIEVA HABLA CON LA NOCHE
Cuando brille la coraza plateada
a la sangre de mi hoguera,
cuando brille esa coraza pura, luminosa,
cuando brille sin amor bajo la luna.
Cuando brille la lejana, la encantada,
y la linfa blanca corra por las manos.
En la noche de los búhos, los murmullos,
cuando la zorra se pasee por la era,
cuando al campo lo visite la menuda lluvia,
la que no ha conocido sosiego desde el inicio.
Y en el campo nos arrastremos como heridos por el rayo
y el recuerdo de este tiempo de astromelias nos golpee.
En ese tiempo que no hemos elegido, sin deseos,
se eleve sobre un puente la horca del condenado.
Te daré un beso en la frente, uno que todo lo borre,
una bendición que te llene y sea dicha sin prisa, amorcito.
JUAN MANUEL ROCA
TESTAMENTO DEL PINTOR CHINO
Cuando el sobrio Emperador
Me conminó a borrar del cuadro una cascada,
-El chapoteo incesante espantaba su sueño-
Como buen cortesano obedecí
Y esfumé su torrente.
Sin embargo, oculté tras el dibujo de un cerezo
Una rana que croa
Y que el anciano Emperador confunde
Con su agitado corazón.
En un biombo de lino me pinté a mí mismo
Al momento de dibujar un caballo.
Una noche después espanté con el pincel al caballo,
Pues no soportaba sus relinchos.
Pronto borraré mi crepuscular figura del óleo,
-Emperador de mi cuerpo-
Y sabrán que es de la misma materia
La ausencia de un hombre o de un caballo.
POEMA INVADIDO POR ROMANOS
Los romanos eran maliciosos.
Llenaron Europa de ruinas
Confabulados con el tiempo.
Les interesaba el futuro,
Las huellas más que las pisadas.
Los romanos, Casandra, eran mañosos.
No fraguaron el Acueducto de Segovia
Como un ducto de agua y de luz.
Lo pensaron como vestigio,
Como un absorto pasado.
Sembraron de edificios roñosos Europa,
De estatuas acéfalas
Engullidas por la gloria de Roma.
No hicieron el Coliseo
Para que los tigres devoraran
A su antojo a los cristianos,
tan poco apetecibles,
Ni para ver ensartadas
Como entremeses del infierno
A las huestes de Espartaco.
Pensaron su ruina, una ruina proporcional
A la sombra mordida del sol que agoniza.
Mi amigo Dino Campana
Pudo haber saltado a la yugular
De uno de sus dioses de mármol.
Los romanos dan mucho en qué pensar.
Por ejemplo,
En un caballo de bronce
De la Piazza Bianca.
Al momento de restaurarlo,
Al asomarse a su boca abierta,
Encontraron en el vientre
Esqueletos de palomas.
Como tu amor,
Que se vuelve ruina
Mientras más lo construyo.
El tiempo es romano.
NELSON ROMERO
CARTA
Sólo como pan y cerveza.
El hambre es de pinceles, de telas…
Miro los soles concluir en estas tardes verdes
que me aguardan una esperanza, y algo
se crispa en el espíritu insaciable.
El alba me acoge con brazos blancos
y creo comer de las patatas que pinto.
El hambre es de colores.
Envíame un poco de dinero para ganar los días que vienen,
voy a terminar los bordes de un cielo por el que quiero escapar.
TINTA DE ESCARABAJO
El escarabajo huye de mi pluma. Mientras vaya redondeando materia pestilente, el insecto no se deja escribir.
Un gran escarabajo hizo la redondez acharada de este planeta, gracias al poder de su imperfección.
Cuando el escarabajo se cansa de redondear la materia, se escarabaja, y sueña. Deja de ser escarabajo.
El pequeño Larousse informa en sentido figurado: Escarabajear es escribir haciendo escarabajos. Yo escribo escarabajos, y cuando también me canso de redondear mi propio estiércol, me escarabajo, sueño.
Escribo en una escalera, el abismo es insecto coleóptero. La tinta de mi pluma no le huye, ni se acuesta a esperar que el ángel del abismo le quite el peldaño. El escarabajo anda con su mundo bajo el vientre, no vaya a ser que le arrebaten el planeta.
Poseo el oficio exquisito del insecto en mi mano: hacer redonda, aunque por un instante, la dicha invisible de una materia inútil.
YORLADY RUIZ
A DIARIO A DIA-RÍO A ADIARIO
III
Retengo el corazón de jóvenes bellos
les beso las entrañas
después,
emprenden la huida, llenos de tristeza.
Ellos prometen quedarse,
prometen la agonía de sus días.
Yo aprovecho la danza de su cuerpo,
su baile, suavidad cárnica,
movimiento de lenguas,
perdidas enredaderas en su edad.
BAR EL ESLABON PRENDIDO
Ahora nos reventamos en cada encuentro,
en cada desenlace,
en cada circulo imperfecto.
Vuelve la espiral
hilo enredado,
te voy a extrañar en mi cuerpo,
te voy a rastrear en el mapa de mi piel
esa criptografía mundana,
este baile constante de la calle, la calle, la salsa,
ese son de fiebre que nos enfermó,
ese sudor de mares en tu camisa continente.
OSVALDO SAUMA
ALERTA INMINENTE
este corazón
ya no es el mismo
cuando uno menos piensa
se sale de su curso
o tiembla como un pájaro
en medio de la niebla
yo
para que no
se salga con la suya
me agarro con las manos
el lado izquierdo del pecho
o golpeo con rabia
la punzada del desasosiego
o finjo toser
para que la sangre
limpie un poco las arterias
a este corazón lo han auscultado
con todas esas máquinas
que miden sus heridas
le han prohibido lo que más amaba
le han condenado
al exilio de toda embriaguez
Latitud cero
justo en la mitad del mundo
las nubes
perros del aire
viajan directamente al sur
nubes que Michaux amó
como se suele amar a los lobos
esos pastores fieles de las montañas
en medio de la cintura del planeta
en el punto cero cero cero
donde convergen el yin y el yang
hay un hombre dividido
entre una línea imaginaria
y los rayos perpendiculares
que deja caer el sol
aquí
sobre estas cimas
donde la razón trazó sus coordenadas
y orientó el desasosiego de su miedo
aquí en el Ecuador
hay un hombre fervoroso
cantándole al ombligo de la Tierra
DANIEL SAMOILOVICH
PORTO DOS OSSOS
L’angoisse de l’amour te serre le gosier
comme si tu ne devais jamais plus être aimé
Apollinaire, Zone
¿Pero cómo se hará de noche si la sombra
no sabe qué hacer contra el pulido
azul de la bahía?
Los cascos de los barcos ya están negros
y el cielo rayado de mástiles negros
y el agua todavía resplandece.
En el bar, siluetas
que la tarde cortó de su papel plateado
toman whisky y murmuran
en media docena de lenguas. Y tu botella
se va poniendo igual a todas las botellas;
ya no es posible leer las etiquetas.
¿Pero cómo se hará de noche
si la noche vacila
ante el escudo azul de la bahía?
Alguien tal vez venga nadando
de los barcos, y por la estela negra
que dejen sus brazadas invisibles
entre la noche al mar. Entonces sí,
antes que llegue el nadador
será de noche y se habrá abierto
la mano que en un puño tu corazón tenía.
YA VOLVERÁN
Viene la madrugada con sus dedos rojos,
detrás viene rodando la mañana
como una epidemia de hepatitis A:
rueda sobre las casas suburbanas,
sobre las altas torres, la quema y el mar:
de este a oeste rueda: algunos demoran
en saber dónde están, otros entienden de inmediato:
algunos niños lloran: algunos adultos deberían llorar:
las estrellas agitan sus bracitos
en señal de despedida: ya volverán:
pero no todos los que ahora desperezan
seguirán vivos cuando asome la tarde.
(De Molestando a los demonios, inédito)
RUBÉN DARIO SIERRA
ENCANTAMIENTO
Junto al pozo llegué
Mi ojo pequeño y miope
se hizo hondo
interior
Estuve justo allí
lleno de mí
ascendente y profundo
Mi alma contra el pecho
golpeaba mi piel
alzándola en el aire
como una bandera
La oscura charca abierta por la luz
era una sola criatura
perfecta
ilimitada
para que el amor pudiera asirla
sin nidos y sin tierra de por medio
ALQUIMIA DEL AGUA
Gota a gota
letra a letra
la naturaleza de dos rostros
explica los horizontes y partidas
con ingenuos vocablos
que ascienden la pendiente del olvido
hacia la luz del río original
por entre dunas y rocas
Algo hay que divide y suma en el momento
con un gesto de grandeza
que circula por las venas de la tierra
por las voces nunca dichas
restituyendo el poder de la palabra
en las cimas del vuelo y de la hondura
para invocar los refugios del comienzo
esos simples parajes de las aguas
místicos continuos sin tiempo
con la inasible unidad de la nubes
danzando al ritmo del reposo
Lluvias y palabras
gotas y silencios
soportan la raíz de la pureza
a través de las piedras florecidas
y sin embargo algo nuevo resplandece
aún bajo los sueños
EMILCE STRUCCI
Amanecida, por completo amanecida
la mujer distingue claramente
la mecedora en movimiento.
Ahora puede ver que Frida y ella son una misma-desiguales
y que aún así,
se desean y se aman
y escriben varios hijos.
Ella los traza sobre el block de notas,
no los nombra;
sólo los pinta.
Espolvorea algunas flores
(de fragancias profundas)
sobre esas tumbas venideras.
Aprende el oficio de continuar, andándose;
se rinde a su deseo,
se culmina, rodeada de estrellas.
Entonces, languidece.
Declaración de bienes
Soy la contracara de mí,
la expulsada. Esta abatida espesura de la imagen.
Un grito en el pedregal.
Soy la que ingresa en la noche
armada hasta los dientes, con espadas mezquinas,
con infieles y tristes proyectiles
de capitulaciones.
Llevo conmigo estigmas de cada batalla,
piadosos desvaríos de mis antepasados,
ciertas alegrías punzantes y unos cuantos rencores.
Declaro que la duración
está ahuecada en mis puños y espera su turno:
el vértigo del sueño, un día que termina. La zozobra.
La náusea de tanto abismo en torno a nada,
alrededor del miedo.
Proclamo mi condición de no ser
y poseer al mismo tiempo pesadas cargas
de no bienes.
Difuntos
que vigilan mi lugar. Esta tierra inhóspita
donde nadie ha visto que huyo
con los trofeos del abandono.
DANIEL TEVINI
Los trabajos y los ocios que en Thomas Mann anidan
Reposo en las playas del Lido
con la sabiduría tendida de los muelles
bajo el albur de las envejecidas romanzas
adormecido a la sombra del tedio
Y si recorro los canales
en las entumecidas madrugadas
y me pierdo vanamente en mí mismo
es que abomino de los dioses remotos
debatiéndome tras el cálido templo
de un cuerpo pleno de sí
Anoche
una balsa herida de adolescencia
me cerraba los ojos
Soy un espíritu moroso
que se deja poseer
y maniatar
por el perfume de tu aliento
y si en la humillación de mi letargo
consiento en una única labor
¬¬–vigilar
como un faro exquisito
como un guerrero célico
la castidad fugaz de tu mirada¬¬–
es que bebo en los atardeceres
el elixir de una luz en decadencia
y en mi sed
diariamente me condeno
Malditos los primitivos helenos
dados a cifrar la belleza
e intentar esa verdad contemplativa
que nominaron ocio
Maldito el Siroco
Malditos los dientes cetrinos de los gondoleros
Maldita para siempre tu belleza
Entiéndeme
no he de probar los frutos de tu boca
Sobre la mesa del Lido
frutillas brevas y uvas
me aguardan cautamente
en una cesta de mimbre
donde la peste duerme su siesta
como una cortesana
abúlica
celosa
CARLOS MARIO URIBE
ODA PARA UN AMIGO MUERTO
“…Porque la muerte de su padre era lo único
que había sucedido y seguiría sucediendo sin fin.”
Jorge Luis Borges Emma Zunz.
I
Después de haberte ahogado en todas las aguas del mundo,
de haber anclado el color de tus ojos
en todos nuestros corazones o,
como diría Lautreamont, en todos los océanos,
me queda, además de una rabia profunda y sin causa,
me queda, nos queda, toda tu soledad.
Estoy celoso de tu muerte,
aunque te apropiaste de ella o ella de ti,
de tal manera que los presagios
ya eran flores anticipadas de la tumba,
ya eran pájaros con plumas de agua,
flores de pétalos sonrientes, sueños tristes,
ya eran los amplios círculos del ave de la muerte
volando a nuestro lado, contigo, con nosotros.
II
Después de haber dejado tu vida entre dos aguas
como dejabas tus cosas, tus libros
casi en cualquier parte, en una celda,
en otros pueblos, en la noche.
Nos dejaste una moneda y sus dos lados
con el exiguo valor de lo intangible:
la desnuda cara del dolor que me muerde,
me desmembra,
me deja viéndote andar
entre los peces y, el sello,
la certeza que firmaste de antemano
tu acercamiento a la herida y el mar,
al rocío y la lágrima.
Esa moneda sacra, secreta
que resplandece con la luz de las estrellas,
las que a veces espiabas, antes de escabullirte
entre tus amadas, sí, tus queridas,
Las que te amaban y, más esquivo aún,
entre las que ahora te aman.