martes, 15 de noviembre de 2011

MEDARDO ARIAS SATIZÁBAL. POEMAS. Leídos en Noche poética, XV FIAC, 2011. Texto y voz.

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MEDARDO ARIAS SATIZÁBAL*

POEMAS

Leídos en la “Noche Poética” de Noviembre 10 de 2011

en el marco del

XV FESTIVAL INTERNACIONAL DE ARTE DE CALI

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Para ver y escuchar, simultáneamente, la lectura durante el evento de

estos poemas en la voz del Poeta,

click (derecho para abrir en una nueva ventana) aquí: VIDEO (13:00 min).

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Memorias de Rosa Helena


Desde la terraza de la casa se veía el mar

Y el paso del autoferro;

Las máquinas del tren tenían nombres según el agudo de sus pitos;

Cuando pasaba “La Mocha” con su carga de flores de La Cumbre

Yo ensayaba a derribar golondrinas, mientras la tarde se me venía encima

Con su cielo de ardores y la mano de ceniza

Que saludaba desde un balcón de chachajo en la Calle Valencia.

El martillo de neón de la única ferretería

Nos decía que la noche estaba ahí, de nuevo

Con su destello que iluminaba sombreros de marineros

Y la voz de Virginia López, ronda pagana entre el pito de los barcos.

“Para Elisa” repicaba en la caja de música de mi abuela

Donde una bailarina giraba con doce vidrios, cuerpo de baile

Instantáneo en la cuerda prohibida.

Rosa Helena guardaba ahí sus imperdibles,

Sus grandes aretes de oro barbacoano

Y trozos de cabello de cada uno de sus nietos

Atados con cintas que expelían un viejo aroma

De rosas marchitas.

Ella se fue un día y nos dejó su risa

Su tabaco a medio fumar

Y esa rochela de los sábados

Después de probar su medio vaso de aguardiente.

También un retrato, el del Coronel Rubén Salinas, su padre

Muerto en la batalla de La Viciosa, en la Guerra de los Mil Días.

Ella inventó para él un fin noble; siempre nos dijo que lo engulló una ballena.

Si nos atenemos a la historia de Jonás, todavía esperamos su regreso.

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Conjuro


Desnúdate que pronto será año nuevo

Y quiero rezar sobre tu espalda dos Padrenuestros

Y tres Avemarías, mientras riego lentamente

Desde tu frente hasta los pies esta agua de hierbas

Que te perfumará el alma.

Las velas titilan como estrellas

En la orilla de la ducha,

Y tú tiemblas como una rama entre el invierno,

Porque oyes mi voz que te anuncia fortuna

Desde los jugos torcidos de las hierbabuena.

Pon los senos en tus manos, como una ofrenda

Para que el clavo y la canela hagan ahí su canto rodado.

Recuerda que este baño tiene también siete manzanas cortadas en cruz

Polvo de oro, esencia de eucalipto, mejorana, altamiza, quereme y seguidora

Y doce rojas rosas robadas a la tumba de un rico;

Acuclíllate para que el perfume merodee en cada uno de tus poros

Y abre las manos para que la salud entre por ahí

También el esquivo dinero

Y el amor, sólo conmigo, que egoísta soy en estos menesteres.

Soy tu chamán en este último día del año,

Para que seas buena, inmerecidamente buena

En la próxima estación, en ese tiempo que un día se irá

Y te dejará sola, con la medalla y mi recuerdo apretados en tu mano.

Pero deja que te adore hoy

Que te cuide y te haga santa

Antes que la lumbre de las velas nos enseñe en silencio

que todo fulgor se va, toda gloria,

Y sólo nos pertenece esta noche

Con sus astros derribados en las ventanas

Y el paso fugaz de los gallos de roca hacia la montaña

Déjame cuidarte, alisarte el pelo

Con este imaginario peine de oro

Con el que mi abuela acarició a toda su descendencia.

Me gustas así, niña en el silencio,

Aromada por los jugos de la tierra.

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En la rueda


En lo alto de la rueda de Chicago trinaba un bolero

Alci Acosta cantaba, creo, “Odio gitano”,

mientras rompíamos el viento con los ojos cerrados

en el descenso que nos llevaba a la tina del mar

Desde ahí veía cómo muchachas de la montaña caían

En cubos de vidrio que parecían piscinas de tamarindo

Tras el teatrillo de títeres se agazapaba un asesino

Y nadie, ni el alcalde, era capaz de hacer blanco en cajetillas de cigarrillos

Los corchos de las escopetas estaban hechizados

Como las ruedas del tren fantasma

Y esas apariciones que caminaban hacia

Nosotros, con los brazos abiertos.

La hija del encargado de la taquilla estaba embarazada

Y acometía cada noche su caminata de hada vacilante

Sobre la cuerda floja;

Un enano controlaba el tiempo de los carros chocones

Que nos esperaban silentes, para darnos los primeros encontronazos de la vida.

Siempre sospeché que el enano nos bajaba antes de tiempo

Y lo odié con toda mi alma.

En breves palabras, espero entiendan ahora

Por qué me parecen tristes los parques de atracciones.

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Sombra de mi sombra


A dónde irá esta sombra que me observa

Desde el dintel de la puerta, cuando ya la palmera me anuncia la brisa

No tiene ojos, boca, no respira

Pero se parece a mí en el contorno de las orejas

En ese vacío sin fondo semejante a la noche, huérfana de luceros

La sombra va conmigo donde quiera que vaya

Y me inquiere desde sus signos de silencio.

No sé a dónde irá cuando ya no esté aquí;

Quizá es ella la que me despierta en la alta noche

La que me llama desde el bosque espeso del sueño

Poco antes del canto de los gallos;

Te voy a doblar sombra, como un trozo de tela gris

Para arrojarte al fuego donde serás ceniza sin réplica

Esa que el viento esparce entre los desesperados.

Así, por fin, estaré solo,

Irremediablemente solo.

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Antes del otoño de 2006


Deja que el silencio caiga

sobre todas tus cosas, que el polvo,

harina de los muertos

se pose sobre cada libro

y en cada milímetro del espacio que habitas.

Escucha cómo se abate el viento

contra las ramas del árbol

ahora que la luz ha descendido

para inaugurar el otoño.

Escucha atentamente

cómo gotea el agua en la canilla

cómo el reloj te anuncia

la música de un tiempo que no volverá.

Y acumula recuerdos;

estás hecho de ellos,

entra la urna de este polvo,

de este silencio

del último sol que recorre

a grandes zancadas

los paisajes del ayer.

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RAZONES PARA ESTAR VIVO


Puedo dar fe de la pulpa de las peras,

del jugo lechoso de las manzanas amarillas,

del vino rojo, espeso y dulce de los mangos

escurriendo entre mis dedos,

del perfume edénico del limonero

en la medianoche de las neblinas

y de esta fragancia frutal que me lleva

por el aire del trópico

frutanauta encantado.

Puedo dar fe, otra vez,

de las mandarinas que nos presienten

desde sus cascos de suave almíbar

de los aguacates que se pliegan a las cucharas

con la suavidad de un beso,

del melón en la nítida luz de la mesa,

de las guanábanas abiertas en la tierra

desgajadas al mundo desde su leve madurez,

de los zapotes derramados a la avidez del ojo,

su fibra de miel desnuda,

su impúdica pulpa

exhibida en la carreta

entre al ardoroso atardecer de un lunes santo.

Puedo dar fe del viscoso almíbar de los caimitos,

de su néctar más hondo.

¡Ah!, qué decir de las badeas,

su frondoso techo vegetal

sobre nuestro vocerío infantil,

sus jugos saciados por la sed de los pájaros,

perfume ventilando el recuerdo.

También sé que las piñas guardan

la húmeda serenidad de azúcares recónditos,

que la papaya juega a ser humilde

y es doncella de insospechadas lujurias.

Me perdonan las frutas que ahora no puedo recordar,

pero la carne tierna de las pipas,

cocos mecidos en el parto de las palmeras,

confirma otro motivo para estar vivo.

Doy gracias por el agua del coco

dulce como tus pezones

entre el sueño de las sábanas,

bebida silvestre a la boca del errante,

agua destilada del océano,

savia venida del corazón de las ballenas.

gracias doy por estos dones;

gracias, muchas gracias!

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Traducción de este poema al inglés: http://ntc-eventos.blogspot.com/2008_09_16_archive.html

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POEMAS LEÍDOS EN OTROS ESCENARIOS

del

XV FESTIVAL INTERNACIONAL DE ARTE DE CALI, 2011
Escenarios: http://www.festivaldeartedecali.com/letras.html

.


Una certeza


Desde que descubrí tu lealtad

En el talle de aquel traje color azafrán,

En la resolución con la que dijiste,

“voy a llamar a mi suegra”, entre el invierno de Nueva York

Procuro no desairar tu paso

Voy atado a tus talones y te sigo

Aun en el perfume que dejas levitando en la almohada

Tienes las manos pequeñas

Pero todos los días levantas una torre, un castillo,

Tejes para mí un saco de lana

Sacas a escobazos los malos espíritus

Y me hablas al oído cuando estoy dormido

No sé por qué me cuidas, tú que vas desamparada

Y haces para mí un lecho en la mitad de un bosque

Acechado por fieras.

Anoche hice una ronda con tus antepasados

Entre antorchas de fuego púrpura;

Uno de ellos me descifró la Cábala

Otro cantaba en Arameo

Vine a fondear mi barco en tu bahía

Después de viajar tanto entre el útero y tu boca;

Me quedaré aquí, este es mi puerto,

mi gavilla de ángeles protectores

ola que no regresa.

--


Coplas profanas


Debajo de un platanal recién llovido

Me invitó el duende a pulsar su gran guitarra

Cantor no soy, le he dicho, soy cigarra

Que me duelen los dedos, si suspiro…

Pero el diantre entonó y punteo sus cuerdas

Bajo el sombrero oscuro y los palmares

Vi sus dientes de leche, sus pesares

Su voz de noche, su rezongo en tierra…

Cantemos juntos, huyamos del horror

Y lo seguí, ya hechizado y taciturno

Me dio guitarra, sombrero, y a su turno

Mucho aguardiente y un rezo vengador

Cantos de duende son estas milongas

Que zapateamos en la oscuridad

Fuera la muerte, fuera la lironda
que llueva incienso hasta la eternidad

Costosa alianza del alba y de los gallos

Del duende y yo, oscura relación

Toco guitarra y afino mi canción

Mientras destejo la crin de mi caballo

Sé que maldices, que pasas malos ratos

Cuando te dejo sin cuerdas la guitarra

Vas a trinar por los techos cual chicharra

Y me confundes el swing de mis zapatos.

Escondes también mis llaves

Mi libro, hasta mis gafas

Duende atrevido, vuelve a tus pesares

Chupa tu caña, seca la tinaja.

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* Medardo Arias Satizábal (Isla de Buenaventura, Colombia, 1956).

Fuente: http://ntc-eventos.blogspot.com/2011_08_03_archive.html

Fotografía: María Isabel Casas de NTC ... .

Su primera novela, “Jazz para difuntos”, (Xajamaia Editores, Santa Fe de Bogotá, 1993) fue preseleccionada al Premio Latinoamericano de Novela “Pegaso” (1994), entre 483 obras de todo el cono sur.

Dicho evento, auspiciado por la Corporación Mobil, tuvo como jurados a Gregory Ravassa, traductor al inglés de “Cien años de soledad ” y otras obras de Gabriel García Márquez; Margaret Sayers Peden, traductora en Estados Unidos, de Octavio Paz, Pablo Neruda, Carlos Fuentes e Isabel Allende, entre otros, el crítico brasileño Alfonso Romano de Santa Ana, y los poetas María Mercedes Carranza y Darío Jaramillo Agudelo.

El escritor y crítico argentino Noé Jitrik, Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, consideró que esta obra, “Jazz para difuntos”, es una de las creaciones de mayor valor narrativo en tiempos del “posboom”, en ensayo dado a conocer en el diario “El Espectador” de Colombia, bajo el título “Separación, no parricidio”.

En 1987 apareció su primer libro en Colombia, con el título “Luces de navegación”, el cual mereció el Premio Nacional de Poesía de la Universidad de Antioquia.

El compositor estadounidense Douglas Bruce Johnson, musicalizó en el 2002 cinco de sus poemas; la obra sinfónica, con participación de la contralto Elizabeth Anker, fue presentada en la Longy School of Music de Cambridge, Massachusetts, bajo el título “Palabra, obra y corazón, cinco poemas de Medardo Arias Satizábal”.

Arias Satizábal ha recibido el Premio Nacional de Cuento en dos ocasiones en Colombia. Su selección de cuentos “Esta risa no es de loco” (Premio Nacional “Ciudad de Bogotá-V Centenario del Descubrimiento”), fue dada a conocer en 1992 por la editorial Educar Editores en la Exposición Internacional de Sevilla, España. Su primera selección de cuentos, “Juego cerrado”, fue distinguida con el Premio Nacional de Cuento de la Universidad de Medellín.

En diciembre de 2000, la Editorial Alcayuela de Salamanca, publicó su novela “Que es un soplo la vida”, en la cual el autor se ocupó del viaje final del cantor de tangos Carlos Gardel, entre Colombia y Argentina en 1936. El libro se exhibe hoy en la colección universal de textos literarios acerca del cantor, en Buenos Aires, con motivo de la publicación de un sello postal que consagra la memoria de este símbolo universal del tango en Argentina.

Una investigación pionera sobre la literatura que se escribe en la costa del Pacífico colombiano, lo llevó a publicar la antología “De la hostia y la bombilla, el Pacífico en prosa” (Cali, Universidad del Valle, 1992), el cual es texto de estudio en numerosas universidades de los Estados Unidos y Europa.

Su libro “Las nueces del ruido” (1992), distinguido con el Premio Nacional de Poesía “Luis Carlos López” de Cartagena de Indias, fue lanzado en 1989 en Roldanillo, Colombia, por el Museo Rayo.

Arias Satizábal realizó en 1981 una investigación sobre el origen del ritmo afrocaribe “Salsa”, la cual fue publicada en doce entregas en el diario “Occidente” de Santiago de Cali. Este trabajo fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, como Mejor Serie Investigativa. El escritor peruano Mario Vargas Llosa actuó como Testigo de Honor y le entregó el reconocimiento. La investigación es considerada pionera en su género en América Latina, junto a la del venezolano César Miguel Rondón.

Las publicaciones más recientes de su trabajo literario en el campo de la poesía, fueron dadas a conocer dentro de las selecciones de poesía colombiana realizadas por Juan Gustavo Cobo-Borda para la Colección de la Presidencia de Colombia, y el compendio “Quién es quién en la poesía colombiana” de El Áncora, Editores, con selección y prólogo de Rogelio Echavarría.

Una correría por el sur de España, lo llevó a escribir una serie de crónicas para “El País” de Colombia, con el título “Por la España mora”, impresiones de viaje sobre las huellas de los califatos y el mundo árabe, en Córdoba, Sevilla, Toledo y Granada.

El autor es también guionista y director de documentales sociológicos sobre música popular y migraciones, ampliamente difundidos en la televisión colombiana. Durante varios años se desempeñó como Coordinador del Departamento de Literatura y Prensa del Festival Internacional de Arte de Cali, ciudad donde coordinó conferencias de Elena Poniatowska, Juan Goytisolo, Alfredo Bryce Echenique, y Salvador Garmendia entre otros.

Entre 2000 y 2005, fue invitado como Profesor Residente a Salamanca, España, por parte de la Southern Connecticut State University, de Estados Unidos, y el Colegio de España. Arias dictó ahí un curso acerca de la Literatura del Pacífico colombiano, y disertó también sobre el "Boom" latinoamericano.

El escritor es columnista del diario “El País” de Cali. Fue corresponsal en Nueva York de la revista colombiana “Cambio”, desde 1998.

Después de doce años de residencia en Hartford, Connecticut, vive hoy en Cali.

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NTC ... Enlaces:

Sobre el Poeta y sus obras:

http://fdpv.blogspot.com/2010/07/medardo-arias-satizabal-lectura-de.html

http://ntcpoesia.blogspot.com/2010_07_26_archive.html

http://ntc-eventos.blogspot.com/2008/09/blog-post.html

http://ntcboletin.wordpress.com/2011/05/

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