sábado, 27 de octubre de 2012

"Galería de espejos". Juan Manuel Roca. ACTUALIZACIÓN Y SEGUIMIENTOS, a OCTUBRE 27, 2012

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 Publica y difunde NTC … Nos Topamos Con 
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“Estoy de acuerdo con Darío Jaramillo Agudelo cuando afirma en un texto sobre María Mercedes Carranza que 
«uno puede contar el cuento de la historia de la poesía colombiana 
desde muy diferentes ángulos, cambiando de criterios». 
Pues bien, sin ninguna excusa o coartada, este es el mío.” 
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ACTUALIZACIÓN Y SEGUIMIENTOS, a OCTUBRE 27, 2012
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Roca, el enterrador

Por Medardo Arias
El País, Cali, Octubre 25, 2012
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El poeta Juan Manuel Roca acaba de publicar un libro en Alfaguara -‘Galería de espejos’- en el que se observa la intención de decapitar a muchos de los poetas que en Colombia se han tenido como valiosos, para dejar al final solamente, indemne y, por tácita conclusión, su propio trabajo literario.
En los terrenos de la poesía y la plástica, más que en cualquier otro ámbito cultural, bardos y pintores se arrancan la piel con epítetos, con metáforas, y a veces con silencio. Al parecer es así en todo el mundo. Los poetas conforman el género más exquisito, envidioso y excéntrico de la arena cultural. Neruda recordaba a Omar Vignole, quien andaba con una vaca que le inspiró dos libros: ‘Mi vaca y yo’ y ‘Conversaciones con la vaca’. Este último con una dedicatoria que recordó en ‘Confieso que he vivido’:
“Dedico este libro filosófico a los cuarenta mil hijos de puta que me silbaban y pedían mi muerte en el Luna Park la noche del 24 de febrero…”; en esa fecha había desafiado a un luchador, ‘El estrangulador de Calcuta’, quien lo volvió cisco, mientras la vaca miraba impasible desde una esquina del cuadrilátero.
Decir por ejemplo que Gonzalo Arango era más activista que poeta, es faltar a la verdad. Arango era un poeta en el sentido de la palabra, excelente cronista, además. Todavía se recuerda, en las antologías de la crónica colombiana, el reportaje que hiciera a ‘Cochise’ Rodríguez, en cuya casa encontró, “el Corazón de Jesús más feo de Colombia”. Su ‘Ultima página’ en Cromos, firmada por ‘Aliocha’, era una deliciosa ventana a ese matrimonio entre periodismo y poesía.
En el propósito de tallar su propio pedestal, Roca arremete contra Barba Jacob y hace chistes flojos con la poesía de Guillermo Valencia, como aquello de “encontrar camellos en Popayán…”. Valencia, por supuesto, no era el versificador al que Roca trata con desdén. Valencia fue en su momento uno de los poetas más respetados de América, en sintonía con otros bardos europeos. Gabriele D´Annunzio no desconoció a Valencia, como tampoco Ramón María del Valle Inclán, Rubén Darío, Amado Nervo.
Ignorar a León de Greiff, pasar de largo delante de Álvaro Mutis o desconocer la poesía de Jotamario, de Jaramillo Escobar con su bellísimo libro ‘Poemas de tierra caliente’, con la intención de ‘enterrar’ al Nadaísmo, no habla bien de la calidad humana del poeta antioqueño.
Cuando leímos aquello de “sin saber para quién /envío esta carta puesta en el buzón del viento...”, pensamos que Roca sería algo así como nuestro Benedetti, y seguro tenía la madera para erigirse como un bardo de resonancias continentales. Pero cayó en la trampa -vanidad de poeta- de enterrar a todos sus contemporáneos y a sus predecesores en la poesía colombiana, con chistes malos y aseveraciones malintencionadas. Su afán competitivo lo llevó a negar el valor de muchos poetas, y en ese ejercicio gastó parte de su talento. Roca, a sus años, ya no será Benedetti, Nicanor Parra, Jaime Sabines, o Juan Gelman. Conocido en Colombia, sí, pero sin ninguna resonancia más allá del puente de Paraguachón.
Se quedó como un poeta de dos o tres poemas, fama de hacedor de retruécanos lapidarios y santón de unas capillas, ya muy reducidas, donde sus acólitos salen a esparcir incienso cada vez que viene a oficiar misa.
Lo que acaba de decir en su libro es el juego de siempre, el ajedrez desacralizador que practican los escribas inseguros, para quedar solos, echándose viento en un panteón donde el lector no ha tenido voz ni voto. Ahí, sólo el eco de su propio ego.
Después de Aurelio Arturo, Álvaro Mutis, Gonzalo Arango, Geovanni Quesseps y Raúl Gómez Jattin, quizá no ha nacido otro gran poeta en Colombia.
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NOTAS DE NTC ...: 
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* Al final de la publicación de la columna en El País http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/medardo-arias-satizabal/roca-enterrador se publican comentarios de los lectores del periódico. 
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* De ambos poetas, Roca y Arias, como de varios de los mencionados en la columna y en el libro, NTC ... ha hecho diversas publicaciones. 
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MENSAJES RECIBIDOS
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De: Carlos Vidales

Fecha: ESTOCOLMO, 26 de octubre de 2012 03:57
Asunto: Re: Roca, el enterrador Por Medardo Arias. El País, Cali, Octubre 25, 2012
Para: NTC  ntcgra@gmail.com


La última frase del artículo de Medardo Arias es espectacular: 

"Después de Aurelio Arturo, Álvaro Mutis, Gonzalo Arango, Geovanni Quesseps y Raúl Gómez Jattin, quizá no ha nacido otro gran poeta en Colombia."

Es decir, Roca tiene razón: los grandes poetas colombianos son pocos.

Entonces, ¿cuál es el problema que Medardo Arias tiene con Roca?

Y... ¿por qué negarle a Roca sus méritos como poeta, solamente porque no se está de acuerdo con él o, sobre todo, cuando sí se está de acuerdo con él?

Yo sí creo que Colombia ha producido algunos más que los cinco grandes poetas que menciona Medardo Arias. Pienso en José Asunción, en el hombre de la cara de caballo, en el Rafael Pombo de los poemas antiimperialistas, en Roca, en Luis Vidales... y no pretendo decir otra cosa que esto: yo tengo mis gustos, querido señor, no me imponga los suyos.

Leí el libro de Roca con regocijo. No ví en él la mala leche que Medardo Arias vio, tenemos ojos diferentes. Ya es hora de que, en Colombia, aprendamos a convivir con diferentes puntos de vista sin que tengamos que iniciar una guerra de diatribas cada vez que descubrimos alguna diferencia.

Y, sobre todo, si Roca dice que tenemos muy pocos poetas grandes, y Medardo Arias dice lo mismo, pues tómense unos tragos juntos (o no) y traten de discutir con buen humor acerca de quiénes son esos pocos y por qué. Tal vez descubran que, al menos en algunos, están de acuerdo.

¡Paz en la tierra a los poetas y críticos de buena voluntad!

Saludos.

Carlos Vidales, Estocolmo.

PD/ Estoy leyendo en este momento un bellísimo libro: "El umbral de la sombra - Literatura, filosofía y pintura en Giordano Bruno", Autor: Nuccio OrdineTraducción Silvina Vidal . Editor: SiruelaEspero llegar con vida al final de las 400 páginas y poder contarles lo que pienso, a ver si me arman una trifulca. Vale.

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De: Juan Manuel Roca

Fecha: 27 de octubre de 2012 10:12
Asunto: Re: de Carlos Vidales. ¿Debate? Fwd: Roca, el enterrador Por Medardo Arias. El País, Cali, Octubre 25, 2012 
Para: NTC

Amigos de NTC … :

Lo de Arias no me  merece debatirlo y si les escribo estas líneas es por gratitud al deseo de NTC …  de no dejar pasar de largo algunas afirmaciones y por la puntual nota de Carlos. Y no me merece debate, porque creo que Arias no ha leído el libro del que habla.

Leyendo con desgano y sin molestias su nota evidencié, para no tildarlo de tergiversador, que, ¡ay!, no leyó mi texto y por lo tanto no puede tergiversar lo que no conoce. Escribió al garete.

Creo en el disenso, creo que nadie tiene por principio que pensar como nadie, pero siempre es bueno que esto se de  a partir de algo que se conoce. Ahora, si leyó el libro como supuestamente lo hizo, entonces merece matricularse en unos cursos de comprensión de lectura, ¡caballero!

Así, al paso, van algunas cartas marcadas por el equívoco:

1. No ignoro a de Greiff, señalo mi punto de vista  personal sobre su poesía en un espacio importante. No lo leyó.

2. No ignoro, por el contrario celebro a los poetas nadaístas Jotamario y Jaime Jaramillo Escobar. El reseñador  dice que no los menciono. No lo leyó.

3. No paso delante de Mutis, la expresión es de él, pues le dedico también un espacio importante. No lo leyó.

4. Está en su derecho de no coincidir conmigo en cuanto a la poesía de Gonzalo Arango. Defiende su poesía y solo señala su entrevista a Cochise Rodrígez  y la página que llevaba en la revista "Cromos" para mostrar que es un poeta "en todo el sentido de la palabra". Sin quererlo lo vuelve a mostrar como un agitador de ideas o de poesía más no como un gran poeta.

Y dejemos ahí el asunto. No defiendo lo que hago, espero que esto se haga por sí mismo.  Así que hasta acá llego con mis aclaraciones.

Nota. No creo que sea muy importante ser reconocido  más allá de Paraguachón, así que no voy a señalarle a Arias publicaciones, ediciones de mis libros, traducciones, conceptos  y premios obtenidos, pues no creo en la medallería olímpica de la poesía. Pero es otra falsa afirmación suya.

No diré una palabra más, amigos de NTC … , me interesa más lo que pasa en Oslo o en La Habana que en el terruño poeteril a propósito de un libro no leído..

Cordialmente, Juan Manuel.
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De: ARMANDO ROMERO



Fecha: Cincinnati, 28 de octubre de 2012,  09:50
Asunto: Arias-Roca, libro. La Jornada Semanal, México. Lisboa, Pessoa. Cajambre (España e Italia)
Para: NTC …  ntcgra@gmail.com
Apreciados amigos de NTC …
Lo bello de las mañanas del domingo viene a ser el café, colombiano, recién molido y colado, y leer por NTC … lo que sabiamente ponen en el plato del desayuno.
Muy interesante la polémica por el libro de Juan Manuel Roca, el cual, a mi juicio, aunque pecaría de poco académico (Roca no lo es, y eso no es un crimen, ni más faltaba), es un buen libro para ver las direcciones que toma un poeta en su visión de los poetas y las direcciones poéticas que lo rodean en su país. Todos inclinamos la balanza cuando se trata de presentar nuestras ideas, gustos, pensamientos.
Lo importante es que Roca dice lo que piensa, así no nos guste. Yo difiero con él en varias cosas, pero eso no indica que su libro no me parezca valioso en cuando me permite ver al poeta que respeto y admiro. Ahora bien, también hay que celebrar que Medardo Arias se haya atrevido a decir lo que piensa, así sean evidentes las contradicciones y omisiones que bien señala Roca. Pero esta nota de valentía, que ojalá no sea causa de enemistades, es necesaria para abrir paso a un campo literario donde se pueda decir lo que se piensa sin miedo. Por eso las palabras de Vidales son muy pertinentes: sólo desde el respeto y la libertad en el pensar deben venir las crítica, que no nos llevan a la guerra sino a la paz del debate de ideas.
Les adjunto un texto del magnífico poeta mexicano Marco Antonio Campos, quien tuvo la generosidad de leer al presentar mi Antología personal Alquimia del fuego inútil (1961-2010), La cabra ediciones, Julio 2012,  recientemente en México, y que ahora aparece en La Jornada Semanal, en México:  http://www.jornada.unam.mx/2012/10/28/sem-marco.html
Pronto les mando información sobre mi charla en Lisboa acerca de la recepción de Pessoa en América Latina, la presentación de la nueva edición española de Cajambre, y las presentaciones en Italia de la traducción de esta misma novela.
Siempre el gran abrazo,
Armando
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 Publica y difunde NTC … Nos Topamos Con